5. Su uso y difusión en la tebaida (Egipto)
se quiere hacer remontar
a los santos Pacomio y Antonio (s. IV)
y, en las lauras palestinenses,
a Macario (s. IV), Diadoco de Fótice (s. V)
y Casiano (s. V).
Con Palamas, Cabasilas,
los monjes de Athos y con s. Sergio
– padre del Monacato Ruso –
esta costumbre alcanzó una gran difusión
desde el s. XIV.
Desde entonces la cuerda de oración
ha ganado gran popularidad
en el monacato oriental y ha sido de uso común,
con el correr del tiempo, entre los mismos laicos.
Tradicionalmente,
las palabras con las que se entrega el cordón son:
«Recibe hermano/a N, la espada del Espíritu,
que es la Palabra de Dios(Efesios 6:17)
gracias a la perenne Oración de Jesús;
mediante ella has de tener el Nombre del Señor
en tu corazón y tus labios,
repitiendo insistentemente:
‘Señor Jesucristo, Hijo de Dios,
ten piedad de mí, pecador’. «





