junto con el esfuerzo teológico 
que busca recomponer las disputas doctrinales 
entre los cristianos, 
promueva una misión común 
de evangelización y de servicio. 
Ya hay ciertamente muchas iniciativas y
buena colaboración en diferentes lugares. 
Pero todos podemos hacer mucho más juntos 
para dar un testimonio vivo 
«a todo el que pida razón de nuestra esperanza» 
(cf. 1 P 3,15): 
transmitir el amor misericordioso de nuestro Padre, 
que hemos recibido gratuitamente 
y estamos llamados a dar generosamente.
Francisco, julio ’16
			
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			
					
							
			






