EL SACERDOTE …

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En la fiesta del Profeta Moisés, guía e intercesión de su pueblo
(4 septiembre 2014)

Respétalo.
Es un representante divino

Ten confianza en él.
Es tu bienhechor.

Muéstrate agradecido con él.
En el confesionario es médico de tu alma.

Manifiéstale tus heridas.
Es guía en tus caminos.

Sigue sus consejos.
Es juez de tus actos.

 

Obedece sus amonestaciones.
En el altar, él ofrece tus oraciones a Dios.

No te olvides de él.
El reza por ti, por los tuyos y por las almas del purgatorio.

Pide a Dios misericordia para ti y para él.
En su vida diaria es hombre.

No lo condenes.
Es un hombre.

Una palabra de afecto lo alegrará.Si tienes que decir sus faltas,
dilas a Dios para que lo ilumine
y le dé ánimo para corregirlas.El tiene una gran responsabilidad.
Pide a Dios que lo guíe en la vida
y tenga misericordia de él en el trance de su muerte.

Un comentario en «EL SACERDOTE …»

  1. Gracias, Señor, por nuestros sacerdotes.
    ¿Qué haríamos sin ellos?
    Por ellos nos llega tu Cuerpo y tu Sangre, pan de vida eterna y bebida de salvación.
    Por ellos podemos experimentar tu gracia, tu misericordia y tu perdón.
    Danos, Señor, santos sacerdotes y haz que nuestra vida esté también a su servicio como la suya está al nuestro.

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