La cruz en la antigüedad
significaba desprecio,
era baldón, ignominia,
causaba pavor inmenso
y estaba como un recurso
para un castigo supremo.

Murió el Salvador en ella
y la cruz cambió de aspecto
Tanto que ha llegado a ser
honra, nobleza, abolengo
y se ha visto desde entonces
en el más honrado puesto.

En la cuna del que nace,
en la cama del enfermo,
de la dama en la garganta,
de los nobles en el pecho.
En las espadas y cascos
de los valientes guerreros,
en los invictos pendones
con que vence nuestro ejército.

Está en la torre elevada
está en el castillo esieto
A un lado de los caminos
en las puertas de los templos
en el escudo del conde
y en la corona del reino.
Y no hay cristiano ferviente
que no la lleve en su pecho.

La vida, dicen algunos
que es una cruz, un madero.
Una cruz es la justicia
porque una cruz es el peso
y hasta los buques de guerra
se llaman ahora cruceros.

La cruz está en apellidos,
está en nombres por supuesto.
Está en fin de todo cuanto
se mire en el universo.
Para que todo cruz sea
cuando un cristiano se ha muerto
en su caja va una cruz
y va una cruz en su entierro
y una cruz le está esperando
en medio del cementerio.

Cristianos nunca jamás
tengáis la cruz en desprecio
porque una cruz es la llave
que puede abrirnos el cielo.