Seis contribuciones del Papa

Michael Cook

palabraEsta mañana, cuando iba en tren a trabajar me saludó un amigo abogado y se sentó a mi lado. “¿Has oído la noticia?”, me dijo. Charlamos sobre la renuncia del Papa. Me comentó: “¿Sabes? Él está en Roma, pero tuvo mucha influencia para mi ingreso en la Iglesia Católica el año pasado. Habla con tanta delicadeza y tanta reverencia, y sus escritos son de una inteligencia penetrante. Es asombroso que influyera tanto en mí estando yo en Australia, tan lejos.” 

A medida que vayan pasando los años, se irá haciendo más claro el legado que nos deja Benedicto XVI. Pero yo quiero subrayar seis contribuciones claves.

 1. Benedicto XVI como defensor de la cultura cristiana: Como analista de la cultura occidental, no tiene igual. El siglo XXI está experimentando una ruptura radical con su pasado cristiano con un proceso de secularización que comenzó con la Revolución Francesa. Benedicto ha utilizado la superioridad que le da el púlpito para advertir a los políticos e intelectuales de que expulsar a Dios de la vida pública tendrá consecuencias desastrosas.

Ha pronunciado una serie de discursos importantes: París (2008), Londres (2010) y Berlín (2011), sobre las consecuencias de la descristianización. Dijo a los intelectuales franceses: “Una cultura meramente positivista que circunscribiera al campo subjetivo como no científica la pregunta sobre Dios, sería la capitulación de la razón, la renuncia a sus posibilidades más elevadas y consiguientemente una ruina del humanismo, cuyas consecuencias no podrían ser más graves.“

agua 2. Benedicto XVI como defensor de la razón: En un discurso citado frecuentemente, justo antes de que fuera elegido, dijo: “Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos“. Resulta paradójico que la cultura moderna muestre cada vez menos respeto por la razón a medida que se va distanciando de la verdad. Una y otra vez el Papa ha señalado que el mundo circundante sólo res inteligible si procede de las manos de un Creador. Y sin verdad, la política se convierte en un juego de tronos y la ciencia pierde prestigio1.

 3. Benedicto XVI como defensor de la tradición: En el mundo católico, “tradición” no es un conservadurismo irascible sino el legado fiel, de una generación a la siguiente, de las enseñanzas de su fundador en toda su integridad original. Uno de los puntos fuertes de Benedicto, ha sido una enorme sensibilidad con respecto a los siglos de tradición en la Iglesia. Cada miércoles durante años, ha dado charlas sobre las contribuciones hechas por los santos desde los primeros tiempos del Cristianismo. A diferencia de muchos teólogos radicales, se ha negado a interpretar el Concilio Vaticano II como una ruptura radical con el pasado. Al contrario, ha insistido en que nada de lo bueno del pasado quedaba realmente anticuado.

Esto, lo llamaba “hermeneútica de la continuidad”, en contraposición con “hermeneútica de ruptura y reforma”.

Con el Papa 4. Benedicto XVI como evangelizador: Las críticas que aparecen en los medios de comunicación, se centran en los bancos vacíos de las iglesias y en los seminarios vacíos de Europa. Son el resultado de una secularización corrosiva que remonta a muchísimos decenios antes de su elección, o incluso antes del Concilio Vaticano II. Pero, al igual que Juan Pablo II, Benedicto ve una nueva primavera para el Cristianismo, bajo las nieves de una cultura secularizada. Él creó en el Vaticano un dicasterio dedicado a la Nueva Evangelización. La claridad de su mensaje y su aliento, ha dado un nuevo optimismo a los cristianos en todo el mundo.

 5. Benedicto XVI como eslabón de Occidente con el Islam: Los medios de comunicación están reciclando el mito de que Benedicto envenenó las relaciones con el Islam. Es superficial y desatinado. En todo caso, su llamamiento a favor de un frente unido contra la secularización, ha atraído a los musulmanes. Ciertamente su discurso de Regensburgo en 2006 causó una gran consternación, pero puso el dedo en las diferencias entre el Islam y el Cristianismo: que el Dios del Islam es pura voluntad (puro voluntarismo), por encima y más allá de la razón, y que el Dios del Cristianismo es razón creativa, ordenando y guiando el mundo.

Pero pronunció el mismo mensaje – en palabras ligeramente distintas – en una mezquita en Jordania en 2009 que fue recibido con grandes aplausos. El compromiso de Occidente con el mundo islámico será uno de los grandes retos del siglo XXI. EL Papa ha creado un marco para entender nuestras diferencias.

incienso 6. Benedicto XVI como reformador: El Papa ha sido criticado implacablemente por los abusos sexuales dentro de la Iglesia. El tiempo demostrará que es absurdo. Mientras su predecesor yacía moribundo en el 2005, lamentó amargamente:“¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él!”. Era consciente de cuánto había por hacer, y como Papa fue implacable en el trato a los abusadores comprobados. Hizo una visita personal a Irlanda para tratar este tema con los obispos y exigir reformas.

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 … Benedicto XVI ha sido lo que todos los católicos esperaban de él y más.

 Michael Cook es el director de MercatorNet.

 

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