2 comentarios en “Sentencias y Consignas Cristianas de Gothia”
O apelo à converão ressoa continuamente na vida dos batizados.
Esta conversão é um empenho continuo para toda a IGREJA, que é SANTA mas contem pecadores no seu seio.
«¿Que tengo yo, que no haya recibido?»
Que recibamos el don de Sabiduría, para hallar la forma de no añadir
tristeza sobre tristeza, a nuestros enemigos. Pero, muy principalmente,
a las personas de corazón limpio, noble y generoso,a las que queremos
y admiramos. Esas que nos enseñan el valor de la humildad, de la
generosidad, de anunciar y amar a Dios, con osadía.
Con testimonios valientes, y ese valor tan sanador, del olvido de sí mismo.
Nos conmueve, hasta las lágrimas, la veneración y el amor inmenso, que el maestro, (ese instrumento que Dios ha puesto en nuestro camino), siente y
proclama, con su ejemplo, por el Maestro.
Que no nos cansemos de hacer el bien, y de pedir perdón.
Y demos las gracias al Padre, antes de recibir sus dones, practicando
la «audacia filial», que nos enseñó nuestro Señor:
«TODO CUANTO PIDAIS EN LA ORACIÓN,
CREED QUE YA LO HABEIS RECIBIDO».
O apelo à converão ressoa continuamente na vida dos batizados.
Esta conversão é um empenho continuo para toda a IGREJA, que é SANTA mas contem pecadores no seu seio.
«¿Que tengo yo, que no haya recibido?»
Que recibamos el don de Sabiduría, para hallar la forma de no añadir
tristeza sobre tristeza, a nuestros enemigos. Pero, muy principalmente,
a las personas de corazón limpio, noble y generoso,a las que queremos
y admiramos. Esas que nos enseñan el valor de la humildad, de la
generosidad, de anunciar y amar a Dios, con osadía.
Con testimonios valientes, y ese valor tan sanador, del olvido de sí mismo.
Nos conmueve, hasta las lágrimas, la veneración y el amor inmenso, que el maestro, (ese instrumento que Dios ha puesto en nuestro camino), siente y
proclama, con su ejemplo, por el Maestro.
Que no nos cansemos de hacer el bien, y de pedir perdón.
Y demos las gracias al Padre, antes de recibir sus dones, practicando
la «audacia filial», que nos enseñó nuestro Señor:
«TODO CUANTO PIDAIS EN LA ORACIÓN,
CREED QUE YA LO HABEIS RECIBIDO».