Del “Llibre Vermell de Montserrat” finales del s. XIV.
Propuesta de traducción del canto mariano:
Estrella que, como un rayo
de sol, resplandeces
con milagros, en Montserrat:
escucha tu pueblo.
Todos los pueblos acuden
alegres hasta aquí,
ricos y pobres,
adultos y niños;
aquí se adentran,
a la vista de todos,
y de aquí salen
llenos de gracias.
Príncipes y magnates
de real estirpe,
poderosos del mundo,
obtenido el perdón,
anuncian la remisión
de sus pecados
y, arrodillados,
exclaman: Ave María.
Prelados y barones,
condes famosos,
religiosos de todas clases,
y también presbíteros,
soldados, comerciantes,
marineros,
ciudadanos y pescadores,
aquí son recompensados.
Campesinos, labradores
y notarios,
abogados, escultores,
junto con carpinteros,
sastres, zapateros
e incluso laneros,
artesanos todos,
aquí dan gracias.
Reinas, condesas,
damas ilustres,
matronas y esclavas,
doncellas y niñas,
vírgenes y ancianas,
junto con las viudas
y las religiosas,
suben a esta montaña.
Todos se congregan
y aquí sus promesas ofrecen,
y se llenan de gracias
para poderlas cumplir,
y después de enriquecer
y adornar
esta mansión,
regresan en libertad.
Mientras suplicamos,
hombres y mujeres,
purificando nuestras conciencias,
roguemos devotamente
a fin de conocer de verdad
en el cielo a la Virgen gloriosa
y llena de gracia,
madre de clemencia.





