«Si te he ofendido,
dime en qué.
Y si no, ¿por qué Me pegas»?
La Justicia Divina arde en las manos,
de quien «huye» de Ella…
La autosuficiencia nos corroe.
Y desprende un sospechoso olor,
a mediocridad espiritual y humana…
La verdadera Riqueza
está Arriba.
No hay más ciego,
que el que no quiere ver.
Es fácil ser generoso y dar comida a un necesitado pero que difícil es acabar con el problema del hambre en el mundo.
Necesitamos orar al Espíritu Santo para que nos muestre el camino y no nos perdamos inútilmente mientras lo buscamos.
Bravo. Aplauso.
«Si te he ofendido,
dime en qué.
Y si no, ¿por qué Me pegas»?
La Justicia Divina arde en las manos,
de quien «huye» de Ella…
La autosuficiencia nos corroe.
Y desprende un sospechoso olor,
a mediocridad espiritual y humana…
La verdadera Riqueza
está Arriba.
No hay más ciego,
que el que no quiere ver.
Es fácil ser generoso y dar comida a un necesitado pero que difícil es acabar con el problema del hambre en el mundo.
Necesitamos orar al Espíritu Santo para que nos muestre el camino y no nos perdamos inútilmente mientras lo buscamos.
Lo podría decir más alto pero no más claro!