El siete como número bíblico

Podríamos contar hasta doce los septetos en el libro del Apocalipsis:

  1. Las siete Iglesias: la catolicidad de la Iglesia de Cristo
  2. Los siete espíritus de Dios: la perfección de la divinidad.
  3. Los siete candeleros de oro: la perfección de la luz y la verdad.
  4. Las siete estrellas: la perfección en el gobierno y la supervisión.
  5. Las siete lámparas: la perfección en la iluminación del Espíritu.
  6. Los siete sellos: la perfección de seguridad.
  7. Los siete cuernos: la perfección del poder divino.
  8. Los siete ojos: la perfección del discernimiento providente.
  9. Las siete trompetas: la perfección de jurisdicción.
  10. Los siete truenos: la perfección del juicio.
  11. Las siete plagas: la perfección de la ira divina.
  12. Las siete copas: la perfección de la destrucción sobre el pecado.

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Para conocer noticias de esta comunidad amiga:
HH Agustinas de la Conversión

 

Cada familia: una biblia

«La Biblia es el libro del pueblo del Señor que al escucharlo pasa de la dispersión y la división a la unidad.
La Palabra de Dios une a los creyentes y los convierte en un solo pueblo»
(Papa Francisco).

 

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Una Biblia es un buen regalo de bodas.
Una Biblia es un signo de la bendición de Dios para un hogar.
 

 

¿aseguramos cada día un tiempo para su lectura?

 

Espiritualidad bíblica

Se ha dicho de la espiritualidad Gotho-hispana que es eminentemente <bíblica>.
Démonos cuenta que cada celebración eucarística tiene siempre TRES lecturas;
los cantos, generalmente, son textos de la Escritura, etc.
No es preciso insistir en la importancia que la Palabra de Dios ha de tener en nuestra vida:
en la vida de todo cristiano.
De ahí la necesidad de asegurar cada día un tiempo de oración para la <lectio divina>:
la lectura orante de la Biblia.

 

“«La sacramentalidad de la Palabra se puede entender en analogía con la presencia real de Cristo bajo las especies del pan y del vino consagrados. Al acercarnos al altar y participar en el banquete eucarístico, realmente comulgamos el cuerpo y la sangre de Cristo.
La proclamación de la Palabra de Dios en la celebración comporta reconocer que es Cristo mismo quien está presente y se dirige a nosotros para ser recibido» (Verbum Domini, 56).

 

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Hoy oramos, especialmente,
por los enfermos que luchan contra el cáncer.

 

Etty Hillesum: una lectura pendiente

Día Internacional de Conmemoración
en Memoria de las Víctimas del Holocausto (Shoah)

 

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Etty Hillesum: una vida conmocionada (Diario 1941-1943)
¿Quién era Etty Hillesum? ¿De dónde surge la atracción por sus escritos?
Fue una persona que eligió voluntariamente la deportación, una judía que se solidariza con los demás perseguidos. La singularidad de su testimonio radica en su valor humano, ético y trascendental.
En todos sus textos puede percibirse la afirmación indefectible de la vida:
«Me doy cuenta dice, que dondequiera que haya seres humanos, hay vida».
Desde el convoy de la muerte y el exterminio que la lleva a Auschwitz con toda su familia y 938 personas más, arroja una tarjeta-postal con estas palabras:
«Vosotros me esperaréis, ¿verdad?».
Ésta es, pues, la labor del lector, quien a través de estos textos recobra la memoria y el testimonio de su vida, tan patente en su palabra. Ella nos abre constantemente una esperanza en las cegueras de la historia.

 

Orando con Etty Hillesum: http://www.cipecar.org/es/c/?iddoc=5329

 

 «Pienso también en la figura de Etty Hillesum, una joven holandesa de origen judío que morirá en Auschwitz. Inicialmente lejos de Dios, le descubre mirando profundamente dentro de ella misma y escribe: «Un pozo muy profundo hay dentro de mí. Y Dios está en ese pozo. A veces me sucede alcanzarle, más a menudo piedra y arena le cubren: entonces Dios está sepultado. Es necesario que lo vuelva a desenterrar» (Diario, 97).

En su vida dispersa e inquieta, encuentra a Dios precisamente en medio de la gran tragedia del siglo XX, la Shoah. Esta joven frágil e insatisfecha, transfigurada por la fe, se convierte en una mujer llena de amor y de paz interior, capaz de afirmar: «Vivo constantemente en intimidad con Dios» (Benedicto XVI).

 

La Biblia

 

El III Domingo del Tiempo Ordinario está «dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios.

 

Este Domingo de la Palabra de Dios se sitúa en un momento oportuno de ese periodo del año, en el que estamos invitados
fortalecer los lazos con los judíos
y a rezar por la unidad de los cristianos.

 

No se trata de una mera coincidencia temporal:
celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad» (Papa Francisco).

 

Recién comenzado el año nuevo…

Oh Dios, concédeme serenidad
para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar las cosas que puedo cambiar
y sabiduría para conocer la diferencia;
viviendo día a día;
disfrutando de cada momento;
aceptando las adversidades
como un camino hacia la paz;
aceptando, como hizo Jesús,
este mundo pecador tal cual es,
y no como me gustaría que fuera;
creyendo que Tú obrarás siempre el bien;
así, entregándome a Tu voluntad;
pueda ser razonablemente feliz en esta vida
y alcanzar Contigo la felicidad suprema en la próxima.
Amén.”

 

(Reinhold Niebuhr, 1940).

 

San Nicolás: 6 de diciembre

Un par de días antes de La Inmaculada
la Iglesia celebra a san Nicolás.
El santo obispo de Myra (actual Turquía),
y santa Lucía, virgen de Siracusa,
han sido -durante siglos-
los heraldos populares de la Navidad.
En el <Fuero de Madrid> (1202) aparece
como una de las parroquias del lugar.
Su culto en la Villa se remonta al s. XII.

Sepulcro del santo en Bari (Apulia, Italia).