En la Eucaristía dominical, la última antes del tiempo de Cuaresma que comenzamos con el miércoles de ceniza, ha tenido lugar la despedida del «Aleluya» que no volvera a ser cantado hasta la Pascua .
«Aleluya en el cielo y en la tierra, se perpetúa en el cielo, se canta en la tierra, allí suena siempre, aquí también fielmente; allí, perennemente, aquí con suavidad; allí con felicidad, aquí con concordia; allí inefablemente, aquí con afecto; allí sin versos, aquí con rimas.
Allí por los ángeles, aquí por todos los pueblos.
Pues, así como no solo en el cielo cantaron alabanzas los ciudadanos del cielo al nacer nuestro Señor Jesucristo sino que también en la tierra anunciaron gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, te pedimos, Señor, que los que imitamos en la tierra el deslumbrante ministerio de esas alabanzas merezcamos compartir con aquellos la dicha de la salvación»
(Cod. Silos, Arch. Monástico, 7).
El martes será la despedida en la celebración hispana, 19 h. Basílica de la Concepción de Madrid
***
Mirando a Cristo…
***
***