Esta «columna de fuego» es un signo de Cristo.
Nos recuerda la victoria del Señor sobre la muerte
a través de la resurrección.
Los cristianos,
iluminados por Cristo,
hemos de brillar ante el mundo
como reflejo de su gloria.
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A la caída de la tarde
salimos a los balcones a dar gracias.
Al entrar en casa podemos
encender una LUZ
durante estos días de Pascua:
será expresión de nuestra fe
en la Luz que vence la tiniebla.
Nuestros padres nos enseñaron:
«Lumen cum pace. Deo gratias.»
Que guía más valiosa para iniciar cada día. Gracias. !!!
Siempre unidos en oración.
Bellísima columna de luz.
Nos hace mirar hacia arriba.
La llama parece querer alcanzar el cielo.
Nosotros, como fieles, iluminados por nuestra fé,
intentamos amor y esperanza.
Delante de nuestra pequeña vela casera seguimos las Eucaristía y hacemos
una comunión espiritual con fervor y gratitud.
Alabado sea el Señor.
Aleluya.
Feliz Pascua y bendito Cirio de la cera virgen de abejas…
Y dejarme poneros otra Cantiga de Santa María de Alfonso X el sabio.
Pertenece a un apéndice del Códice de Toledo (uno de los cuatro, el de las 100 primeras cantigas), Apéndice que dice «Cantigas de Nuestro Señor». Son cinco: Creación, Epifanía, Resurrección, Ascensión y Espíritu Santo.
Esta es la 425 RESURRECCIÓN
Como todas lo interesante es la lírica en verso popular galaico-portugués.
La alegría de todos en la resurrección, alegría alegría (aleluya festiva, diríamos)
Enlace youtube (versión editada en Pneuma on percusión y palmas de alegría), traducción al castellano y para quien quiera seguirlo escuchándolo, el texto original.
https://youtu.be/Siuaph3Ry30
Cantiga 425
Esta tercera cantiga es de cómo Nuestro Señor resucitó de la muerte y se apareció a los apóstoles y las tres Marías.
ESTRIBILLO:
Alegría, alegría.
celebremos nuestra alegría.
COPLAS:
Debemos celebrar con alegría,
que Dios quiso morir por nosotros,
y vencer a la muerte
que a nosotros nos vencía.
¿Quién ha experimentado
tal alegría como esta?
Pues nos salvó Dios con su muerte
y resucitó de la tumba al tercer día.
Nuestra gran alegría aumentó
cuando el ángel descendió del cielo,
y la tierra tembló
con lo que decía.
Gran alegría nos dio Dios
cuando los judíos,
por temor al ángel
cayeron cada uno al suelo.
Gran alegría tuvieron, doy fe,
María Salomé, María de Santiago
y María Magdalena,
cuando llevaban ungüentos,
Mucha y grande alegría
dió Dios a los que fueron
a la tumba a buscarle y
ninguno de ellos le pudo encontrar.
Gran alegría hubo allí
cuando el ángel
sentado en la piedra
les dijo “No está aquí”.
Fue una gran alegría,
en verdad, cuando les dijo:
“Jesucristo quiso resucitar
y si queréis ir donde os dijo
tendréis gran alegría,
ya que le veréis
allí en Galilea, donde está
como os había dicho”.
Gran alegría de corazón
sintieron ellas; y entonces
fueron allí, con Simón Pedro,
que de ello también se alegró.
Pero la alegría más grande
fue la de la Madre del Señor,
que al fin disfrutó, al verle resucitar,
porque vio lo que había creído.
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Cantiga 425 Resurrección
Esta terceira é como Nostro Sennor resurgiu
e como se mostrou aos apostolos e aas tres Marias.
Alegria, alegria
façamos ja todavia.
Mui grand’ alegria fazer
devemos, ca Deus quis morrer
por nos e a morte vençer
morrendo, que nos vençia.
Quen tan grand’ alegria viu
com’ esta? Ca nos reemiu
Deus por sa mort’ e resurgiu
do sepulcr’ a terçer dia.
Grand’ alegria nos creçeu
quando do ceo deçendeu
o angeo, e que tremeu
a terra u el deçia.
Grand’ alegria nos deu Deus
quando con pavor os judeus
do angeo, esses encreus,
cada un deles caya.
Grand’ alegria, a la fe,
foi pois Maria Salome
e Jacobe con aloe
e Madalena Maria,
Mui grand’ alegria nos dar
foi Deus u o foron buscar
ao monyment’, e achar
ni huna delas podia.
[G]rand’ alegria ouv’ ali
enton quando lles diss’ assi
o angeo “non ést’ aquí”
que sobr’ a pedra seya.
Grand’ alegria, sen mentir,
foi u lles disse: “Resurgir
quis Jeso-Crist’, e se vos yr
queredes u el dizia,
Grand’ alegria vos será;
ca o veeredes alá
en Galilea, u está
segund’ vos el dit’ avia.”
Alegria de coraçon
ouveron elas; e enton
foron alá, e Simeon
Pedr’ y foi, a que prazia.
Mai-la alegria mayor
foi a da Madre do Sennor,
que resurgiu, e gran sabor,
porque viu o que creya.