El matrimonio cristiano y la familia

 
icono-original-de-la-gruta-de-belenS. Juan Crisóstomo a un joven cristiano 
que le pedía consejo sobre la vida con su esposa:
«No la llames nunca de forma imperiosa, sino emplea, por el contrario, palabras halagadoras, tiernas, pequeñas palabras amorosas. Hónrala y nunca buscará las alabanzas de los otros, ni las suscitará, pues ella jamás pensará en ir a mendigar fuera el cariño que encontrará junto a ti. Colócala por encima de todo, tanto por su belleza como por su sabiduría, y dale seguridad en sí misma. Introdúcela en el amor de Dios y tu casa estará llena de bienes.

¿Quieres que tu mujer te esté sometida como la Iglesia lo está a Cristo? 
Ten pues, a su vez la solicitud de Cristo por su Iglesia. 
Se puede por la fuerza domar a un siervo, pero la compañera de tu vida, la madre de tus hijos, el origen de tu felicidad y de tu alegría no puedes encadenártela por el temor y las amenazas. 
Debes unirla a tu por el amor y la felicidad.
¿Qué unión puede existir cuando tiembla la mujer ante el marido? 
¿Qué alegría pueden experimentar el marido al tratar a su mujer como a una esclava? 
Incluso si tú has sufrido algo por ella, no se lo reproches. 
Cristo ha hecho mucho más por su Iglesia.
Hazle ver la felicidad que te produce vivir en su compañía y que prefieres la casa a la ciudad. Es antes que los amigos  y antes de los hijos que te ha dado: hazle comprender que es por ella, POR ELLA, por lo que tú les amas. Cuando haga algo bien, alábala y admira su talento. Pero si hace algo mal, no se lo reproches.
Rezad en común. Aprended juntos a no maldecir nada sobre la tierra, a no ser el ofender a Dios.
Si un hombre se une a su mujer con ese ánimo, entonces el matrimonio se acerca a la perfección».
 

2 comentarios en “El matrimonio cristiano y la familia

  1. Casar é partilha de tudo .É mais dar que receber.O amor cristão é dádiva ,amor doação,amor entrega e não esperar nada em troca.
    Te agradeço SENHOR pela mulher que me deste ,nunca esquecendo que ela TE pertence .

  2. Debería formar parte lo que decía el amigo Crisóstomo, en los cursillos prematrimoniales y ¿ por qué no ?, recordarlo en alguna homilía en que viniera al caso.

    Agradecido por la enseñanza.

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