El «Sanctus»

adviento 067El canto del Sanctus
había penetrado en la tradición universal
como una simple aclamación:
Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus Sabaoth, 
que corresponde al primer hemistiquio de Is 6, 3.
Varias anáforas alejandrinas del siglo IV ampliaron el texto
con el segundo hemistiquio de Isaías modificado.

La anáfora de las Constituciones Apostólicas le añadió
Benedictus in sæcula. Amen. 
No es imposible que ese nuevo elemento provenga de Ez 3, 12:
Benedicta gloria Domini de loco suo,
frase que se encuentra
en un contexto muy semejante al de Is 6, 3.
En tal caso coincidiría con un canto sinagogal,
las llamadas «18 Bendiciones».
De todos modos, la evolución del Sanctus cristiano
se inclinaba decididamente hacia la aclamación
Benedictus qui venit in nomine Domini, 
del Salmo 117, 26, transferido al ambiente
de la presentación mesiánica de Jesús en Jerusalén.
Por eso, el verso del Salmo 117 arrastra consigo
el Hosanna,
según las varias versiones de los evangelistas.
En la primera parte del texto del Sanctus,
nuestra vieja liturgia modificó
gloria eius
en
gloria maiestatis tuæ…
La segunda parte del Sanctus hispánico
está tomado a la letra de Mt 21, 9:
Hosanna filio David. Benedictus, 
qui venit in nomine Domini. 
Hosanna in excelsis. 
La aclamación
Hosanna filio David 
se halla sólo en el rito Gothohispano
y en una antigua anáfora de la liturgia sirio-caldea.
Lo más probable es que ambas dependan,
separadamente, del texto de Mateo.
(cf. OGMHM 71ss)

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