El silencio en la proclamación de la Palabra

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<La liturgia de la palabra debe celebrarse de tal manera que favorezca la meditación; por eso, se ha de evitar toda clase de prisa, que impide el recogimiento. El diálogo entre Dios y los hombres, que se realiza con la ayuda del Espíritu Santo, requiere breves momentos de silencio, adecuados a la asamblea presente, para que en ellos la palabra de Dios sea acogida interiormente y se prepare una respuesta por medio de la oración.

Pueden guardarse estos momentos de silencio, por ejemplo, antes de comenzar la liturgia de la palabra, después de la primera y la segunda lectura y al terminar la homilía>.

(OLM 28).

La proclamación de la palabra
-que se contiene en las Santas Escrituras-
es el tiempo de lectio y de meditatio en la liturgia.

Aquí actúa el Santo Espíritu
que provoca nuestra nuestra respuesta
por medio de la oratio.

3 comentarios en “El silencio en la proclamación de la Palabra

  1. LECTIO MEDITATIOe ORATIO são fundamentais pois sinto-as na minha caminhada de FÉ.Sempre as escrituras por mais vezes que as possa ESCUTAR sempre o SENHOR me diz coisas novas. Há paroquias em que isto não acontece o que é lamentavel.

  2. Hay pocos silencios en nuestras liturgias. Lo llenamos con cantos. Y no siempre sus textos estan acordes con el contenido de las lecturas, y no siempre sus melodías tienen la calidad que supere al recogimiento del silencio.
    Recuerdo como algo fecundo una costumbre de hacer una melodía interleccional, recogida y breve, que favorecía la reflexión. También ayudaba cuando la homilía era dialogada. Eso no es posible en las misas parroquiales regladas para cumplir horarios, o cumplir preceptos.
    Que tiempos aquellos de eucaristías de pequeños grupos de formación, donde el seglar era partícipe pleno de la iglesia local-universal.
    Silencios, melodías interleccionales, sin prisas. Reflexión, «palabra» que fecunda, participación, experiencia sacramental…experimentada y «nutricia».

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