¿Están de moda las “obras de misericordia”?

 

Según FAO, en la actualidad más de 820 millones de personas sufren hambre en el mundo y, además, el número de víctimas ha crecido por tercer año consecutivo. El escalofrío que producen estas cifras se eleva a indignación cuando se cruzan con los datos de la comida desperdiciada diariamente en el mundo. Algunos estudios, como el publicado por Tristram Stuart en su libro Despilfarro, aseguran que la comida que se tira a diario en el planeta es más de la que podrían consumir los hambrientos.

Sobreproducimos y desechamos. Así de absurdo.

Cada año en Europa se desperdician 89 millones de toneladas de alimentos valorados en 143.000 millones de euros. En el caso de España, cada familia arroja a la basura una media de 76 kilos de comida al año.

Un lema en cada hogar podría ser. “Aquí no se tira nada: se recicla o se comparte”

3 comentarios en “¿Están de moda las “obras de misericordia”?

  1. Y no solo de pan y comida vive el hombre.
    Todos podemos dar mucho mas.

    Y también recibir

    Desde Évora y el Alentejo hago por esas e intenciones, renovación desde día natal.

  2. Después de misa en templo san Francisco Evora con la espeluznante capilla de los huesos…mas de 5mil calaveras y fémures de monjes que dicen «aqui estan nuestros huesos esperando los vuestros» sigo pensando…

    Y pido perdón de antemano.
    «Obras de misericordia»… vale este lenguaje clásico porque sabemos la riqueza de la palabra Misericordia.
    Pero… es solo dar lo que sobra a los pobres?
    De verdad, la propuesta ha de ser mas radical, aunque el logro sea pequeño.
    Sabemos y mucho que la pobreza es generada por la riqueza que explota y acapara. Desigualdad, educación selectiva, sueldos de hambre, precariedad, subsistencia de prostitución, corrupción y robo descarado de lo público… en los tercer mundo y también en el nuestro.
    ¡¡¡ Justicia !!! (que es amor), en nuestra pequeña participación en lo público y político-social.
    Redistribución, no «caridad» con lo que resta. La caridad es algo mas grande. Justicia, no misericordia ( con las sobras).

    Ese entiendo que es el mensaje y la meta.
    Mientras tanto, hagamos lo posible a diario, reciclar, ser austeros, colaborar en lo cercano, apoyar ONGs de confianza y los vecinos y familiares abandonados.
    La limosna… que fácil y difícil.

    Habla un miserable burgués aburguesado, pero que pide que el «latigazo» a la conciencia no se dulcifique con palabras piadosas de antaño.

  3. La obra de misericordia tiene toda su vigencia. Hoy, hasta podría traducirse como: es mejor compartir.
    La obra de misericordia, vocabulario clásico pero con actualidad vigente, no habla de dar lo que sobra sino de misericordia: dando con el corazón, dándonos.

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