Fortaleza

Altar“Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos,
porque es fiel quien hizo la promesa” (Heb 10, 23).

La fortaleza no es audacia, ni precipitación, ni atropello de los demás para afirmarse orgullosamente a sí mismo; tampoco es primacía exclusiva de la fuerza corporal, con detrimento de la inteligencia y del corazón, de la amabilidad y de la bondad.

Poder ser siempre dueños de sí mismos y orientar hacia el bien la inteligencia, el corazón y la lengua: dos cosas que cuentan mucho en el que quiere dar un tono de seriedad y compostura a la propia vida, especialmente en tiempos de desorientación como los actuales.

La energía de carácter asegura el perfecto equilibrio de la mente, de la voluntad y de la sensibilidad.

El alma grande y fuerte no se convierte nunca en víctima de la tristeza, ni siquiera en las horas de las mayores tribulaciones.

Una señal de la perfecta virginidad y de la energía de carácter a toda prueba se encuentra en la alegría del espíritu, de las palabras y del trabajo, y en el desprendimiento total.

La fortaleza conserva la humildad, porque es consciente de sus limitaciones e insuficiencias; engendra la mansedumbre, lleva a la obediencia, escuela segura de las almas fuertes. La fortaleza sabe plegarse para poder servir mejor; dominarse para atraer las almas a Dios con mansedumbre; vencerse para que habite en nosotros la fuerza de Cristo.

Sed fuertes en el Señor, manteniendo la estabilidad y firmeza propia de los hombres fuertes y valerosos.

La Iglesia quiere hombres firmes y fuertes, bien formados en mente y corazón. Afortunadamente ha pasado ya el tiempo en que, desconociendo la fuerte y robusta realidad de la Iglesia, se presentaba a sus hijos como seres mancos y débiles, casi sin espina dorsal. La pertenencia a la Iglesia exige temple diamantino de carácter y de voluntad, lucha continua contra las pasiones y egoísmos, superación del propio yo con la ayuda del Señor.

Firmes en el Señor para conocerle, amarle y servirle, alimentados por la gracia de su vida eterna y sostenidos por su precioso cuerpo, prenda de vida celestial y de la gloria futura.

 

(Mensaje espiritual de Juan XXIII – BAC Minor-12, Madrid 1969, p. 78-80)

1 comentario en “Fortaleza

  1. Deixemos o nosso egocentrismo e o SENHOR entrará em nós levando-nos a fazer PASCOA com ELE
    Sirvamo-LO pois os 3 ELEMENTOS DA SAGRADA FAMILIA foram SERVOS e assim identificarnos-emos com ELES

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