San Eulogio (s. VIII) enseña
que los cristianos de España:
<observan hacer la señal de la cruz al comer, al beber, al sentarse, al acostarse,
al salir, al regresar y en las restantes ocupaciones.
al salir, al regresar y en las restantes ocupaciones.
Y piden que les proteja Cristo con esta oración:
Sálvanos, Jesucristo Hijo de Dios.
Protégenos, Cristo Hijo de Dios.>
Protégenos, Cristo Hijo de Dios.>
Todo gesto simbólico, puede ayudarnos a entrar en comunión con lo que significa, que es lo importante.
La señal de la Cruz quiere indicarnos el camino «pascual», muerte y resurrección que recorrió ya Cristo.
Hacer la señal de la Cruz en los momentos que estamos acostumbrados es fácil, lo difícil es asimilar el mensaje que nos transmite este símbolo: Un mensaje de salvación y esperanza, de muerte y de resurrección.
Es esta una invocación -a modo de jaculatoria- que podemos aprender de memoria.
Propósito del 2017: repetirla con frecuencia.
La señal de la Cruz es en si misma una oración y una manifestación de nuestro Credo .
Representa la consagración y compromiso de toda nuestra persona, pues al tocarnos la frente ofrecemos a Dios todos nuestros pensamientos, al tocarnos el pecho todos nuestros sentimientos, al tocarnos el hombro izquierdo todas nuestras penas y preocupaciones y al tocarnos el hombro derecho todas nuestras acciones.
Por eso hay que hacerla con el debido respeto , dando sentido a las palabras que pronunciamos al mismo tiempo :
– en el nombre del Padre que me ha creado,
– en el nombre del Hijo que me ha redimido,
– en el nombre del Espíritu Santo que me santifica.