Kyrios Santo y Veraz

Vacar para con-siderar

vacarCon frecuencia la larga horizontal de la vida cotidiana y sus cosas (con algo de patibulum) nos exigen pausas que la contrarresten con un stipes de esperanza. Una mirada hacia arriba permite redescubrir con otros ojos incluso el camino conocido, aproximarse a la belleza de torres, cornisas, azoteas; entrever ese cielo que parece tan lejano. Volver los ojos a lo alto ayuda a tomar aliento e invita no pocas veces a soñar. Solos, como Juan en el destierro de Patmos, sin más tierra firme que un islote, podemos hacernos fuertes si somos capaces de “vacar” para elevar la vista y “con-siderar”. En esa mirada ignaciana, de ordenada búsqueda en soledad y silencio, anhelante y de aspiración máxima, metódica y sin límites al tiempo, sistemática y desgarradora, verdadero abrazo en diálogo amoroso del Creador con Su creatura, han de discernirse las preguntas más hondas.

 

Que la túnica que nos reviste transforme las trazas del azul de la materia en el verde de la Esperanza y que ésta se encienda. Que el fuego interior nos ilumine el rostro, haciéndolo reflejo de la pasión del cielo, del púrpura del triunfo y del amor, de esa perfección que evocan las formas de la Jerusalem celestial al jugar con el simbolismo de los números y hacer del doce, número de elección en la Biblia, multiplicación del cuatro terrenal por el tres trinitario de la totalidad, del siempre. Y que, como la novia expresa con su ramo de rosas rojas, mantengamos el anhelo del siete, cuatro más tres, de la perfección.

 

Gerardo Díaz Quirós

Octubre 2013

Imagen: Juan en Patmos viendo la Jerusalem celestial                Autor: Sieger Köder, siglo XX

Imagen: Juan en Patmos viendo la Jerusalem celestial
Autor: Sieger Köder, siglo XX

1 comentario en “Kyrios Santo y Veraz

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *