La Conferencia de Seelisberg

Este fue un encuentro entre cristianos y judíos celebrado en la localidad suiza de Seelisberg en 1947 del que salió un documento en forma de decálogo en el que se revisó el tratamiento teológico que la Iglesia Católica daba al judaísmo. Fue el primer paso para poner fin al secular antijudaísmo cristiano que culminó con la aprobación en 1965 por el Concilio Vaticano II de la declaración Nostra aetate que recogió lo fundamental de las propuestas del grupo de Seelisberg, encabezado por el teólogo católico Jacques Maritain y el judío francés Jules Isaac, que había perdido a toda su familia en el Holocausto.

Nada parece más adecuado para contribuir a este feliz resultado que los siguientes
DIEZ PUNTOS:
1.Recuerde que un Solo Dios nos habla a través del Antiguo y del Nuevo Testamento.

2.Recuerde que Jesús nació de una madre judía de la descendencia de David y del pueblo de Israel, y que Su amor eterno y el perdón abarcan a Su propio pueblo y al mundo entero.

3.Recuerde que los primeros discípulos, los apóstoles y los primeros mártires eran Judíos.

4.Recuerde que el mandamiento fundamental del cristianismo, amar a Dios y al prójimo, ya proclamado en el Antiguo Testamento y confirmado por Jesús, es obligatorio para los cristianos y los judíos en todas las relaciones humanas, sin excepción alguna.

5.Evite distorsionar o tergiversar el judaísmo bíblico o post-bíblico con el objeto de ensalzar el cristianismo.

6.Evite el uso de la palabra judíos en el sentido exclusivo de los enemigos de Jesús, y las palabras «los enemigos de Jesús» para designar a todo el pueblo judío.

7.Evite presentar la Pasión de tal manera que se provoque el odio por el asesinato de Jesús a todos los Judíos o solo a los Judíos. Fue sólo una parte de los Judíos en Jerusalén la que pidió la muerte de Jesús, y el mensaje cristiano ha sido siempre que se trataba de los pecados de la humanidad que eran ejemplificados por los de los Judíos y que fueron los pecados de todos los que llevaron a Cristo a la Cruz.

8.Evite referirse a las maldiciones bíblicas, o al grito de una turba furiosa: «Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos», sin recordar que este grito no debe contar frente a las palabras infinitamente más poderosas de nuestro Señor: «Padre, perdónalos porque no no saben lo que hacen».

9.Evite la promoción de la idea supersticiosa de que el pueblo judío es réprobo y maldito, reservado para un destino de sufrimiento.

10.Evite hablar de los judíos como si los primeros miembros de la Iglesia no hubieran sido judíos.

Proponemos las siguientes sugerencias prácticas:

– La introducción o el desarrollo en la escuela y en otras partes, en cada etapa, de un estudio más comprensivo y más profundo de la historia bíblica y post-bíblica del pueblo judío, así como del problema judío.

– En particular, el fomento de la difusión de este conocimiento mediante publicaciones adaptadas a todas las clases de personas cristianas.

– Asegurar la corrección de lo que se diga en publicaciones cristianas y sobre todo en los manuales educativos que pudiera entrar en conflicto con los principios antes mencionados.

Nuestros esfuerzos comunes están inspirados en el espíritu de las palabras de San Pablo en Romanos XI, 28-29: «Ellos son amados por causa de los padres. Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables»

Cf. https://es.wikipedia.org/wiki/Conferencia_de_Seelisberg

2 comentarios en “La Conferencia de Seelisberg

  1. Hazte un amigo judío, que te cuente como vive por ser de un «pueblo» (aunque sea Canillejas), y como vive la contradición de ser feliz por ser heredero de una tradición y ser «prisionero» de la vinculación a una promesa divina. Luego ver que siente, que bromea, que enferma, que canta… como un ser humano, y que … es tu amigo.
    Se acabó la judío-fobia.

    Si eres sentimental, tira todas las estampas y cuadros de Jesús rubio y con pelo liso, de María como una modelo europea jóven, de Pedro, Juan y Santiago como jóvenes despistados. Añade a tu imaginario la imagen de las razas mediterraneas e incluso de inmigrantes sirios… eso si, con mirada profunda e interrogante.
    Abajo los prejuicios.

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