La monición Sancta sanctis

En la Misa de la liturgia hispana antigua el sacerdote vuelto al pueblo santo de Dios, mostrando los dones santificados por el Espíritu, dice:

<Las cosas santas para los santos>.

Ya en el antiguo Ordenamiento denominado <Constituciones Apostólicas> la monición Sancta sanctis reclamaba una respuesta del pueblo: Gloria in altissimis Deo… Hosanna.

Enseñaba Pinell que, en España la secuencia visigótica, conservada por los mozárabes, para la mostración del sacramento era la siguiente:

Monición sacerdotal “Sancta sanctis»
y ostensión ante el pueblo del pan y el cáliz consagrado…
Canto de aclamación Agyos (Santo)”.

Esta respuesta del pueblo (Santo / Sólo tú eres Santo / Agyos, etc), ausente en el MHM, es parte de la genuina y variada tradición hispana. Es el momento solemne en que el sacerdote mostrando la Eucaristía al pueblo santo con la admonición <Sancta sanctis>  provoca una aclamación que los manuscritos reflejaron tanto en lengua latina como griega.

La respuesta, acompañada de tres versos como responsorios, aparece bien reflejada en el Antifonario de León:

Sancta sanctis…
vr. In civitate domini ibi sonat iugiter
organa sanctorum.
II. Ibi cinnamum et
balsamum odor suavissimum
in conspectu Dei.
III. Ibi angeli,
archangeli hymnum novum
decantant ante thronum dei.
Agios, agios Kirie o Theos.
(AL 510 f . 28. Cf. AL 61v, 73, 82, 177, 210v).

En la misa de Pascua, el Missale Mixtum cisneriano ofrece una monición propia para la ostensión del trozo del Pan consagrado, que se denomina Regnum, donde aparece una respuesta del coro (cf. Ap 5, 5):

“El sacerdote tome una partícula de la hostia, sobre la que se ha hecho la conmemoración “Reino”, y póngala sobe el cáliz. En el tiempo de la Resurrección diga tres veces:

<Vicit leo de tribu Juda radix David alleluja>.

(Venció el León de la tribu de Judá). Y el coro responda:

<Qui sedes super Cherubin radix David aleluja>.

(El que se sienta sobre los Querubines, el descendiente de David).

Y después diga en voz baja <Sancta sanctis…>

Y deje caer la partícula en el cáliz ” (cf. PL 85, 668).

Por razón del tiempo pascual la monición mistagógica presenta una variación pero es lo nos permite conocer que existe una respuesta coral a la admonición mistagógica del sacerdote.

En el X Congreso Eucarístico Nacional de Toledo (2010) los fieles respondían con la aclamación: Hagios, Hagios, Hagios. Sólo Tú eres Santo. Sólo Tú, Señor. Sólo Tú, Altísimo. En el I Congreso de Cultura Mozárabe de Córdoba(2017) encontramos esta variación: Hagios… etc. Sólo Tú, Santísimo.

***

No falta información sobre el particular: L. Brou, Le <Sancta sanctis> en Occident en Journal of studies 46 (1945) 160-178; 47 (1946) 11-29. Después han seguido otros estudios sobre el tema; el último, que resume brillantemente el estado de la cuestión, es: J. G. Gibert  I Tarruell,”Sancta Sanctis”. Reflexiones sobre un momento de la Misa HispánicaStudium Legionense 55 (2014) 269-286. El esquema de composición del canto presenta una antífona acompañada de versos responsoriales y la solemne aclamación Agyos como broche final. Así, aparece en el Codex Londres A (BM 30844, f . 49v), en el Liber Misticus de san Millán (Aemil. 30 f . 99 = LMS 896) y en el Antifonario de León (AL 510 f . 28).

2 comentarios en “La monición Sancta sanctis

  1. En verdad que el Sancta sanctis es el momento mas «dramático» de la celebración. Tras la consagración y final de la gran oración sacerdotal… con el mas solemne de los Amen, y el incensario como un péndulo marcando el pulso del tiempo del corazón y tras la oculta y «cabalística» división del pan en 7/9 partículas numeradas, geométricamente formando una cruz, y con nombres asignados en una escala de misterios de salvación, el celebrante se gira y da la cara mostrando los «objetos» archisagrados, vivos, lo numinoso, y avanza unos pasos emocionado y «grita», proclama, susurra o canta con firmeza «lo Santo para los santos». Y no hay amen, sino el canto conmovedor del TrisAgyos… un canto hacia dentro y fuera a la vez.
    No sabía que se muestra la partícula denominada Reino, que acentúa mas si cabe la solemnidad asociada a David, raíz de Jesé, León de Judá…
    Solo falta un relámpago y rayo en el firmamento, aunque la solemnidad y conmoción ya es máxima. Como un imán con las limaduras de hierro la atracción hacia la «comunión» es irresistible. Y se regala oído y mente con «el Cuerpo de Cristo sea tu salvación»… » la Sangre…. »
    Se produce otro misterio, esta vez en el interior: renovación, adhesión al misterio de salvación, comunión,… y quedamos suspendidos en el infinito, y salimos del momento con el rostro transformado, relajado, sonriente,
    El «camino» es a la vez ascendente y «cuesta abajo», otro misterio. Y necesitamos abrazarnos, ya en el atrio…

  2. Despues de haber leído y escrito no se me va de la cabeza la imagen y el canto de respuesta…
    y tras desayunar con mermelada de cereza (como delicia del paraíso… broma festiva) me viene a la cabeza el poderoso y significativo gesto, ya sea cisneriano (como se comenta) o isodoroniano de no meter la partícula Regnun en el cáliz, sino «dejar caer».
    Es otro gesto «dramático» precioso de rendirse a la evidencia de la fuerza, la verdad, la evidencia, de la gravedad. Cae y se funde cuerpo y sangre, porque así es, no por voluntad del celebrante.
    Impresionante. Inteligente. … y la tensión emocional de este equilibrio se acentúa (con nuestros presbíteros radiantes) esperando al tercer Agyos, Trinidad cumplida en el Sacrificio y entrega de la Cruz. Como la sangre se derrama en el suelo, tierra, por la gravedad, y redime, así cae por la gravedad, en si misma, obediente, el pan consagrado en la sangre de la copa consagrada.
    Poesía? ….también, pero algo mucho mas: corporeidad, materialidad, terrenalidad, psicohumanidad simbólica asociada, salvada, redimida.
    ¡¡¡Liturgia¡¡¡

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