Lágrimas de Cristo


En este V domingo de Cuaresma del año A
recordamos las lágrimas del Señor
ante la muerte de Lázaro,
el hermano de Marta y María.
La resurrección del amigo de Betania
manifiesta su poder sobre el pacado y la muerte.
Para rezar cada día en las últimas semanas de la Cuaresma:
Oramos con la liturgia gotho-hispana:

Buen Jesús, creador amable y admirable,
acepta el sacrificio de tus siervos.
Tú que concediste a Lázaro que saliera del sepulcro al oír tu voz,
concédenos que, al oírte con nuestro oído interior,
nos levantemos por tu gracia de la hondura de nuestro propio pecado.
Así, la oración con que nos enseñaste a orar al Padre desde esta tierra
y ahora pronunciamos en tu presencia con toda fidelidad,
nos haga experimentar la alegría de sentir
cómo nos otorgas lo que pedimos gracias a tu enseñanza:
Padrenuestro…

Dice el Señor:
<Yo soy la resurrección y la vida.
El que cree en mí vivirá, aunque muera;
y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás>.
(cf. Jn 1, 1-44)

Bendición para la jornada:

Cristo Jesús, Hijo de Dios, que devolvió a Lázaro muerto la vida que antes tenía,
nos ilumine con la santidad de una vida nueva. ð. Amén.

El que le mandó andar una vez libre de las ataduras de pies y manos,
nos haga andar siempre por sendas de justicia sin que nada sujete nuestros pies. ð. Amén.

El que con tan gran milagro manifestó su gloria a las naciones,
nos lleve a vosotros a los gozos que no se acaban. ð. Amén.

Por la gracia de su bondad,
que es bendito por los siglos de los siglos. ð. Amén.


Orando al Dios de la vida por los inocentes que mueren…

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