Liturgia y obras de misericordia

Diácono llevando cubierto el libro del Evangelio (Toledo)

Hermanos amados:
al entrar juntos en su santuario de la tienda de la alianza,
si queremos encomendar nuestro sacrificio a Dios,
no dudemos en inmolar víctimas por medio de la misericordia;
entonces es fiel la oblación del pan y del vino,
entonces tiene lugar la auténtica remisión de los pecados
cuando se observa la piedad por Dios
o se ayuda al hermano de todo corazón.
Sembremos pues misericordia para poderla cosechar
y, repartiendo a los pobres los bienes transitorios,
mientras vivimos en esta tierra,
hagamos que Cristo sea deudor nuestro en el cielo;
demos comida a los hambrientos, a los sedientos bebida,
vistamos a los desnudos, visitemos a los enfermos,
el peregrino sea siempre recibido en nuestras casas,
consolemos asiduamente a los que suspiran en las cárceles,
libremos a los pobres de las injusticias,
defendamos a los huérfanos y a las viudas,
perdonemos las ofensas a quienes nos han ofendido
para que podamos pedir con confianza ser perdonados;
anunciemos el camino de la verdad a los que se han desviado
y a los no creyentes la penitencia que salva;
procuremos encaminar hacia la salvación a todos los pecadores,
de manera que cuando el Señor, clemente y compasivo,
se digne venir a nuestro encuentro,
podamos ofrecerle con un corazón limpio el sacrificio eterno.
R/. Amén.
Por la misericordia de la divinidad
del que es un sólo Dios en la Trinidad
y vive y reina por los siglos de los siglos.R/. Amén.

2 comentarios en “Liturgia y obras de misericordia

  1. No sabía como recomendar un libro, acabado de leer tan solo hace 3 días, y que aún me tiene impactado y meditativo.
    Hoy es oportuno: autor Benito Pérez Galdos, novela muy singular «Misericordia».
    Creo que la estudiamos en el bachillerato y que muchos la habreis leído. Estará en cualquier biblioteca municipal pues es un clásico. Escrita hacia 1896.
    Con riquísimo y muy hispano léxico costumbrista y culto (ya es un reto y un divertimento) trata de la pobreza, la pobreza extrema y la depauperación de las clases medias del Madrid centro y barrios que todos conocemos y hemos pateado con la increible historia de Nina (Benigna/Benina) la misericordiosa criada que tiene que mendigar y muchas cosas mas para alimentar a sus señores que han perdido todo por negligencia social.
    Perfecto y duro retrato de la pobreza, la maldad y la bondad, el sacrificio, ingenio, buen humor, pero tambien el calvario de la incomprensión y la injusticia.
    Repleto de referencias cristianas en un paralelismo a Jesús que cura y libera las necesidades humanas (con la diferencia de que es el redentor y Nina es tan solo la misericordia). Ojo a su mejor amigo y confidente un ciego pobre moro-hebreo…yo diría sufí, llamado Almudena.
    El libro es corto, entretenido, pero una descarnada meditación. Algún crítico ha dicho que le va a la zaga a el Quijote.
    Pura España que aun arrastramos desde finales del XIX.
    Os aseguro que después de leído se descubren matices al releer el evangelio. Y no es una novela religiosa sino muy humana sobre la pobreza y la misericordia.

    Nina cumple con la oración hoy propuesta…

  2. «Sembrar misericordia para poderla cosechar» y tambien sin esperar nada a cambio sino solo ayudando al «hermano de todo corazón». Las obras de misericordia mencionadas en la entrada son recompensa en si mismos y nos acercan a Dios. Y además de las mencionadas, otra muy importante: consolar al abatidos!

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