Éste es el León de la tribu de Judá, valeroso en la lucha.
Éste es el que surge victorioso de la muerte.
Éste es el Cordero inmaculado
desde mucho tiempo necesario para ser inmolado.
Éste es la piedra que desecharon los constructores,
que llegó a ser después admirable,
establecida como piedra angular de la Iglesia.
Éste es el príncipe del ejército celestial.
Éste es el Esposo y Señor de la Iglesia.
Éste es el que surge victorioso de la muerte.
Éste es el Cordero inmaculado
desde mucho tiempo necesario para ser inmolado.
Éste es la piedra que desecharon los constructores,
que llegó a ser después admirable,
establecida como piedra angular de la Iglesia.
Éste es el príncipe del ejército celestial.
Éste es el Esposo y Señor de la Iglesia.
(De la liturgia hisp-moz de la Pascua)
Una oda para cantar.
Para cantar uno solo y para cantar juntos esta tarde MMM.
Para cantar al unísono con los que no podemos estar juntos mas que en deseo y espíritu
La presentación de Cristo como «León, Cordero, Piedra y Príncipe o Caudillo» ya aparece en el poeta calagurritano Prudencio (Cathemerinon). Sus poemas ante el encendido de las lámpara y a la luz, simbolizando al Cristo, son el testimonio de una tradición muy antigua no interrumpida en la Iglesia en España desde el s. IV. Para escuchar el inicio de canto V:
https://www.youtube.com/watch?v=VlwqImIk18c
Este «carmen» o canto expresa la alegría pascual simbolizada por la victoria del Príncipe, el sol que ha vencido el caos de la tiniebla. Una luz que nace del chasquido de la piedra y que inunda con su alegría al orbe entero.
Gracias por cantar y hacernos cantar.
Guardo el hymno
Schola Hungarica es uno de mis grupos favoritos de canto gregoriano. Una gran elección
El canto gregoriano medieval de la Pascua húngara es bellísimo. Me envuelve con sus música rítmica y la acaricia de las voces masculinas bien empastadas. Gracias Eduardo y Hector .
El coro magiar -que se escucha en la entrada puesta más arriba- ejecuta el comienzo del quinto himno del «Cathemerinon» de Prudencio (†410). Este poeta hispano -de la actual Rioja- compone, entre otros, un poema lucernario que consta de 164 versos en 41 estrofas y que lleva el título: «Himno al encendido de la lámpara» (hymnus ad incensum lucernæ).
Este texto, bellísimo y difícil, canta a Cristo como Luz. En el largo poema se encuentran algunos títulos de Cristo que aparecen en la liturgia hispana pascual: «León, Cordero, Piedra y Príncipe o Caudillo, etc.».
Ponemos el inicio del poema con el texto original en latín y su traducción vernácula:
Inventor rutili, dux bone, luminis,
qui certis vicibus tempora dividis,
merso sole chaos ingruit horridum,
lucem redde tuis, Christe, fidelibus.
Quamvis innumero sidere regiam
lunarique polum lampade pinxeris
incussu silicis lumina nos tamen
monstras saxigeno semine quærere,
Ne nesciret homo spem sibi luminis
in Christi solido corpore conditam,
qui dici stabilem se voluit petram
nostris igniculis unde genus venit.
https://www.youtube.com/watch?v=VlwqImIk18c
“Creador de la luz brillante, Príncipe bueno,
que divides los tiempos en periodos precisos,
con la puesta del sol se nos avecina espantoso caos;
¡devuelve, oh Cristo, la luz a tus fieles!
Aunque hayas pintado tu celeste morada regia
con innumerables estrellas y la lámpara lunar,
no obstante, nos enseñas a buscar luz
de una semilla de roca, de un golpear de piedras.
Para que el hombre no ignore que su esperanza de la luz
se fundamenta en el sólido cuerpo de Cristo,
que quiso ser llamado Piedra firme,
de donde procede el origen de nuestros pequeños fuegos”.
El himno sigue con tonos pascuales…
Flipante…
que sabor tiene lo muy antiguo, enlaza con toda la vetusta sabiduría pero con la «electricidad» luminosa de Cristo.
Y cierto, qué descripción pedagógica la de las oraciones de la liturgia pascual…
son glosas del Evangelio para despistados.
buenas noches