
El monasterio de Montecassino

Reliquias del santo monje Benito
en la abadía de Montecassino.

Las inscripciones latinas
de la medalla del Santo.
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Rezamos por la paz en el mundo y el fin de las guerras.

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El patriarca latino de Jerusalén
muestra el signo de Cristo:
nuestra paz verdadera.
Cáritas mantiene más de 120 trabajadores en la Franza de Gaza, operando en diez centros médicos, pero los recursos se agotan.
«La gente se está muriendo de hambre. Todos los niños sufren desnutrición», asegura Asfar. Las fronteras permanecen cerradas y el aislamiento de la población es total.




Puedes elegir y si tienes unos minutos de contemplación escucha las dos, sólo las separa 4 siglos, pero son de la misma fuente, el monasterio benedictino de Montecassino.
Los tienes en youtube o spotify, pero si lo quieres adquirir está en las pocas tiendas especializadas, y con seguridad en la web http://www.pneumamusic.es
La distancia de tiempo de su grabación fue dos semanas y la del siglo XI necesitó nueva transcripción, es primera grabación mundial de un códice beneventano.
Pongo el texto de esta preciosa oración en latín y traducción, y atención al estribillo o coda de retorno de cada estrofa; «descendió, como desciende la lluvia, y en tí su morada halló» :
Ave Maris Stella, Cancionero Musical de Montecassino, siglo XV · Eduardo Paniagua
https://youtu.be/_Op-cesnKN8?si=cqFD9e_JR0ZwZ54J
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Ave Maris Stella, Ave Stella Maris. Montecassino, Vaticano, siglo XI· Eduardo Paniagua
https://youtu.be/oloIRemD-Fo?si=01av8UtXXOyL1HjZ
Ave maris stella, ave stella maris, Montecasino, Vaticano V-CVbar Urb. lat. 0602, f. 09v, Secuencia Domingo de Adviento, S. XI. Kyriale, Procesionale, Troparium. (transcripción E. Paniagua).
Ave maris stella, ave stella maris,
Verbi Dei cella, Virgo singularis,
integra puella, quae non violaris,
in quam lux novella, radius solaris.
ESTRIBILLO: Descendit (ut pluvia promisit).
Sumens illud ave, quod habetur isti,
mundo tam suave, Deum concepisti
sine viri clave, et cum peperisti,
non tulisti grave, virtus in te Christi. Descendit.
Solve vincla reis, et ab eo pete,
veniam pro eis, qui natus est de te
natus cum hebraeis, per quem venit laete,
salus ex Judaeis, per illud prophaetae. Descendit.
Monstra te esse Matrem, virgo pia quod
quando necesse o dulcis,
Maria venerit expresse judice,
Messia valeas, prodesse in quam vitae via. Descendit.
Virgo singularis, sancta dei parens,
mater expers maris, et peccato carens,
tu benedicaris, in quam virtus clarens,
nostri salutaris, gentibus apparens. Descendit.
Vitam praesta puram, iter para tutum,
ad vitam futuram, esto nobis scutum,
contra mortem duram, et inferni luctum,
habe nostri curam, in quam rex virtutum. Descendit.
Sit laus Deo Patri, qui filium misit,
qui captivos atri, carceris emisit,
quando deo fratri, populus arrisit,
hic Deus quem matri, angelus promisit. Descendit.
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Salve tú, estrella del mar,
Salve tú, marina estrella,
de la Palabra de Dios
depósito y arca bella,
madre sin mediar varón,
completamente doncella,
tú, que fuerza no sufriste,
a quien la nueva centella,
rayo de sol, como lluvia,
descendió a morar en ella.
Recibiendo aquel saludo,
que a este mundo es placentero,
concebiste al propio Dios,
sin viril ayuntamiento,
y al darlo a luz no sentiste
ni dolor ni sufrimiento.
A ti la Virtud de Cristo
bajó cual lluvia del cielo.
Libera a los condenados
y perdón para ellos ruega
al que, engendrado por ti,
nació en la nación hebrea;
por Él salvación con gozo
de los judíos nos llega,
según fue vaticinado
por la voz de aquel profeta,
y descendió como lluvia,
descendió y en ti se queda.
Muestra, pues, ser tú una madre,
tal y como, virgen pía,
cuando por necesidad,
oh dulcísima María,
vino en carne a nuestro mundo
como juez aquel Mesías;
bajó hasta ti como suele
bajar la lluvia a porfía.
Virgen que no tiene igual,
oh santa madre de Dios,
que libre estás de pecado
y engendraste sin varón,
seas tú siempre bendita,
a quien de aquel Salvador
a los pueblos virtud clara,
mostrándose, descendió,
como desciende la lluvia,
y en ti su morada halló.
Vida santa y cierta vía
danos la vida futura.
Sé tú escudo y protección
contra la muerte tan dura,
sé tú la que nos ampare
de la infernal amargura.
Cuídanos tú, a quien el rey
de virtudes de su altura
descendió, como desciende
la lluvia con su frescura.
Dios Padre sea alabado,
que a su Hijo nos mandó,
quien de la lóbrega cárcel
a los cautivos libró,
cuando, viendo al Dios hermano,
el pueblo de Él se burló.
Este es Dios, a quien el ángel
a su madre prometió,
y como baja la lluvia,
Él mismo a ti descendió.
Traducción: Vicente Cristóbal López
Y, en mitad de la semana benedictina,
la Virgen, Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Ayer tuvimos la oportunidad de asistir a la Misa vespertina, en Su día, en la Parroquia dedicada a Ella. Y, al terminar, seguirla en Procesión, por las calles del pueblo.
Me gustó mucho ver, por primera vez para mí, a nuestro querido P.Diego, presidiendo los dos actos, como su párroco que es.
Se percibía la entrega y el cariño de sus feligreses hacia él.
Y después disfrutamos de un ágape fraterno, muy agradable, con los vecinos de la localidad, en el patio de la Iglesia.
Tuvimos la oportunidad, y el gusto, de escuchar, de labios del P.Manuel, la explicación del significado del icono original, que está expuesto entre sus paredes. Tan generoso como siempre, evangelizando, a tiempo y a destiempo.
Y conversación, durante la desgustación de las viandas, entre los jóvenes, inasequible al desaliento, invitándoles a conocer nuestra Misa Hispano-Mozárabe, de cada martes del año, en Goya 26, nuestra sede.
Hoy se reanúda el ciclo de catequesis benedictinas, nuestra querida mozarabia.
No importa que se repita algo de lo ya dicho, o expuesto, en días anteriores.
La idea que propone siempre el artífice de todas estas enseñanzas, cosas bellas siempres, es incidir, incidir, incidir…
«Que llueva sobre mojado» es lo que pretende siempre que se haga, para fijar conocimientos y conceptos.
Y, en la mitad de estas catequesis, el día 14, se nos «clava» un dardo en el corazón, contemplando el desgarro de una madre, que llora la muerte del hijo de sus entrañas.
Nadie debería de quedarse indiferente, ante semejante dolor, ni justificar ningúna guerra, por muy justa que nos la pretendan vender.
Mi respeto y admiración por todos los padres que se han visto abocados a tomar este trago amargo y desgarrador, de llorar la muerte de su hijo querido. Y, aún así, van por la vida, con una sonrisa en los labios y en el corazón, mucho cariño para regalar, como buenos samaritanos.
Infinitas gracias, por vuestro gran ejemplo.
Tomemos en cuenta el lema que, aquí, se nos propone, para este verano 25…
y para toda la vida:
«¡Haz tú lo mismo!»
Como siempre, esperando que esta ventana siga siempre abierta, y nos siga regalando tantas joyitas, que hasta San Juan Pablo II, nos animó a seguir difundiendo la Mozarabía por todas partes…
GRACIAS GRACIAS GRACIAS
Lupe,no se puede decir más ,ni mejor!!!
Comparto contigo todo lo que has escrito.
Gracias por saber explicar mis sentimientos también .
Fui partícipe y disfruté mucho
Un abrazo