Miércoles de ceniza 2022

En el Rito romano, el miércoles que precede al primer domingo de Cuaresma, los fieles cristianos inician con la imposición de la ceniza el tiempo establecido para la purificación del espíritu.
Con este signo penitencial, que viene de la tradición bíblica y se ha mantenido hasta hoy en la costumbre de la Iglesia, se quiere significar la condición del hombre pecador, que confiesa externamente su culpa ante el Señor y expresa su voluntad interior de conversión, confiando en que el Señor se muestre compasivo para con él.
Con este mismo signo comienza el camino de su conversión que culminará con la celebración del sacramento de la Penitencia, en los días que preceden a la Pascua.
La bendición e imposición de la ceniza se puede hacer o durante la Misa o fuera de la misma. En este caso se inicia con la liturgia de la Palabra y se concluye en la oración de los fieles.
El miércoles de ceniza es un día penitencial obligatorio para toda la Iglesia y que comporta la abstinencia y el ayuno.
(Cf. Las fiestas pascuales, nn. 21ss).

​Este año 2022, ante la situación bélica en Europa,
el Papa de Roma ha pedido que el ayuno de esta jornada
se ofrezca por la PAZ.
Nuestra oración se eleva con estas palabras
de la tradición hispano-mozárabe:

Oh Dios inmenso, autor de la luz eterna,
te pedimos que moderes nuestro cuerpo por la abstinencia
y llenes nuestros corazones con tu paz.
Que por el ayuno nuestro cuerpo se purifique
y, tanto nuestro comienzo como nuestro final,
por el amor alcancen el galardón.
R/. Amén.
Porque tú eres nuestra paz verdadera…

Accipe signum crucis tam in fronte quam in corde 
«Recibe el signo de la cruz en la frente y en el corazón»
(Signación visigoda)

​Reservamos la mañana del sábado,
día 5 de marzo, para la FORMACIÓN MENSUAL en la Basílica de la Concepción (13 h.)

***

La Conferencia de los Obispos de España estableció
las normas relativas a las prácticas penitenciales.
Como en toda la Iglesia
«son días penitenciales todos los viernes del año
(a no ser que coincidan con una solemnidad)
y todo el tiempo de Cuaresma.
De acuerdo con esto:

  1. Durante la Cuaresma, en la que el pueblo cristiano se prepara para celebrar la Pascua y renovar su propia participación en este misterio, se recomienda vivamente a todos los fieles cultivar el espíritu penitencial, no sólo interna e individualmente, sino también externa y socialmente, que puede expresarse en la mayor austeridad de vida, en las diversas prácticas que luego se indican a propósito de los viernes del año, en iniciativas de caridad y ayuda a los más necesitados, emprendidas como comunidad cristiana a través de las parroquias, de Cáritas o de otras instituciones similares.
  2. El Miércoles de Ceniza, comienzo de la Cuaresma, y el Viernes Santo, memoria de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, son días de ayuno y abstinencia. Los otros viernes de Cuaresma son también días de abstinencia, que consiste en no tomar carne, según antigua práctica del pueblo cristiano. Es además aconsejable y merecedor de alabanza que, para manifestar el espíritu de penitencia propio de la Cuaresma, se priven los fieles de gastos superfluos tales como manjares o bebidas costosos, espectáculos y diversiones.
  3. En los restantes viernes del año, la abstinencia puede ser sustituida, según la libre voluntad de los fieles, por cualquiera de las siguientes prácticas recomendadas por la Iglesia: lectura de la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras de piedad (participación en la santa misa, rezo de rosario, etc.) y mortificaciones corporales.

La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido 14 años. La ley del ayuno a todos los mayores de edad hasta que hayan cumplido los 59 años».

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