Miércoles de Cuaresma:
practicando la misericordia (IV)

No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo.
Durante esta Cuaresma practiquemos la limosna, dando con alegría (cf. 2 Co 9,7). Dios, «quien provee semilla al sembrador y pan para comer» (2 Co 9,10), nos proporciona a cada uno no sólo lo que necesitamos para subsistir, sino también para que podamos ser generosos en el hacer el bien a los demás.
Si es verdad que toda nuestra vida es un tiempo para sembrar el bien, aprovechemos especialmente esta Cuaresma para cuidar a quienes tenemos cerca, para hacernos prójimos de aquellos hermanos y hermanas que están heridos en el camino de la vida (cf. Lc 10,25-37).
La Cuaresma es un tiempo propicio para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad.
Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados.
Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2022

Evangeliario en árabe

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Este es un tiempo adecuado
para profundizar en nuestra lectura personal de la palabra de Dios (oración personal)
y la celebración litúrgica (oración comunitaria).
Desde esta oración brota el ayunar y el compartir.

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Para nuestra oración diaria:
la oración del Señor en latín según una de las tradiciones hispanas.

 

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