propósito de este verano recién comenzado
El hombre,
redimido por Cristo y
hecho en el Espíritu Santo nueva creatura,
puede y debe amar las cosas creadas por Dios.
Pues de Dios las recibe,
y las mira y respeta
como objetos salidos de las manos de Dios.
Dando gracias por ellas al Bienhechor
y usando y gozando de las creaturas
con pobreza y libertad de espíritu,
el hombre entra de veras en posesión del mundo,
como quien nada tiene y es dueño de todo.
(GS 37)
Mirar, cuidar y sentir la creación.
Para hoy y el verano dos prioridades: el árbol y el agua. El roble, el abeto, el ciprés, etc… (formas de oración en si mismos), y el mar (origen de la vida).
Cuantas veces salen en los Salmos.
No estropear, restaurar y sobre todo limpiar
Ya es verano.
Segovia mozárabe en Gothia.
Pensar… aprender