
El 21 de mayo de 1996, siete monjes trapenses eran asesinados en Argelia.
Su muerte conmocionó a la comunidad internacional.
El testamento espiritual del hermano Christian de Chergé está considerado hoy como uno de los grandes textos del siglo XX.
Esta pequeña comunidad del Atlas, que vivía en proximidad con sus vecinos argelinos, vivió hasta el final la amistad y la fidelidad a una vida monástica radicada en tierra del Islam.
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Durante el tiempo de Pascua renovamos nuestro Bautismo.
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Los monjes mártires de Tibhirine.
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La luz del Cirio, durante estos días de la Pentecostés (Cincuentena), nos recuerda la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado.
* Por el bautismo hemos muerto con Cristo…
* «Y si nosotros hemos estado unidos a él una muerte parecida a la suya, también lo estaremos por su resurrección (Rm 6,5);
* “Y Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros con su poder” (1Co 6,14);
* “Sabemos que quien resucitó a Jesús, el Señor, también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos llevará junto a él junto con vosotros” (2Co 4,14).






Se Cristo não tivesse ressuscitado era vã a nossa Fé a qual transportamos em vasos de barro.
CRISTO ressuscitou razão da nossa ESPERANÇA
Concilio de Nicea año 325. Asi lo cuentan…
Teodoreto de Ciro, lo narra así en su Historia eclesiástica, que continúa la obra homónima de Eusebio de Cesarea:
El Emperador, que era un príncipe lleno de sabiduría, no se enteró pronto de estos cambios y trató de detenerlos en su nacimiento. Con este propósito envió a Alejandría a un hombre de rara prudencia en las letras, para que apaciguara las disputas y uniera a la gente; pero, no habiendo tenido este viaje el éxito que esperaba, convocó el tan célebre Concilio de Nicea y permitió que los obispos marcharan allí en públicos caballos y mulas. Cuando todos los que pudieron soportar la fatiga del viaje lograron llegar, el Emperador mismo fue allí, tanto para ver una gran asamblea de prelados como para restablecer la inteligencia perfecta entre ellos. Ordenó que se les proveyera de todo lo necesario y se encontraron en número de trescientos dieciocho obispos. El de Roma no estaba allí, por su gran edad. Eran muchos los que habían recibido de Dios los mismos dones que los Apóstoles, y muchos los que, como el divino Pablo, llevaban impresas en el cuerpo las marcas del Señor. Santiago, obispo de Antioquía de Migdonia, a quien los sirios y asirios llaman Nisibis, resucitó a los muertos y realizó otros muchos milagros, que creo inútil relatar en esta Historia, porque ya la he contado en otra que se titula Philothea. Pablo, obispo de Neocesárea, baluarte cercano al Éufrates, había sentido los efectos de la furia de Licinio perdiendo el uso de sus manos, porque los nervios que les dan movimiento habían sido quemados con un hierro candente. Había otros a los que les habían arrancado el ojo derecho, y otros a los que les habían cortado el corvejón. Pafnucio de Egipto fue uno de los primeros. En fin, fue esta una asamblea de mártires. Pero esta asamblea, tan famosa, no dejó de llenarse de varias personas divididas entre sí por diferentes sentimientos. Había un número muy reducido de ellos que no eran menos peligrosos que los arrecifes escondidos bajo el mar, y que secretamente favorecían los errores de Arrio…
Teodoreto de Ciro
DE DIOSES Y HOMBRES es una película francesa que cuenta la vida y el martirio de los monjes trapenses del Atlas. La fui a ver al cine en VOS cuando la estrenaron y es bellísima. Muy recomendable. En Youtube se puede encontrar.