En la Iglesia copta (Egipto),
durante la oblación del incienso,
se eleva esta oración pidiendo el perdón
por los pecados:
<Oh Rey de la Paz, danos tu Paz
y perdona nuestros pecados.
Aleja a los enemigos de la Iglesia
y guárdala, para que no desfallezca.
Emmanuel, Dios con nosotros,
está entre nosotros
en la gloria del Padre
y del Espíritu Santo
Bendícenos
y purifica nuestro corazón
y sana las enfermedades
del alma y del cuerpo.
Te adoramos, oh Cristo,
con el Padre de bondad
y con el Espíritu Santo,
porque has venido, nos has salvado>.
En esta víspera de la fiesta de san Pelayo
oramos, especialmente, por nuestros jóvenes.
Paz y perdón… (de puertas a dentro,) para no desfallecer.
Enmanuel, .(con nosotros)… bendiciendo, nuestro corazón y enfermedad, alma y cuerpo.
Has venido… (vienes) y salvado.
Soy egipcio.
Hemos celebrado la eucaristía mozárabe fin de curso. Nos vamos llenos de un curso … y con un vacío en el estómago pues el rito nos une y la diáspora deja ese vacío de tres meses.
Recuerdo y echo en falta a Mariano Perrón y a Manuel Glez, ambos «presentes» en cada celebración. Y tal vez el vacío en el estómago (llámale corazón o entrañas) es porque en cada celebración comunitaria estaban y ahora esa «presencia» también toma vacaciones.
Y uno necesita palpar la cercanía de la comunión…
Otra bellísima misa mozàrabe – la última de esta temporada; nos llena de gratutud por el curso que termina mientras esperamos con ilusión la siguiente. Los Padres Manuel González y Mariano Perrón, además de estar en cada celebración, están en lo hondo de nuestro corazón. La celebración de nuestro rito nos pone en comunión con ellos. No se puede pedir más