Oración mozárabe ante la persecución

celtic_shield_by_crisceltic-d333rp6Oración que San Eulogio, presbítero cordobés y mártir mozárabe (s. IX), compuso para las santas vírgenes Flora y María, a quienes decapitaron tres años antes que a él. Su fiesta se celebra el 9 de enero:

«Señor, Dios omnipotente, verdadero consuelo de los que en ti esperan, remedio seguro de los que te temen y alegría perpetua de los que te aman: inflama con el fuego de tu amor y, con la llama de tu caridad, abrasa hasta el hondón de nuestro pecho, para que podamos consumar el comenzado martirio; y así, vivo en nosotras el incendio de tu amor, desaparezca la atracción del pecado y se destruyan los falaces halagos de los vicios; para que, iluminadas por tu gracia, tengamos el valor de despreciar los deleites del mundo; y amarte, temerte, desearte y buscarte en todo momento con pureza de intención y con deseo sincero.

Danos, Señor, tu ayuda en la tribulación, porque el auxilio humano es ineficaz. Danos fortaleza para luchar en los combates, y míranos propicio desde Sion, de modo que, siguiendo las huellas de tu pasión, podamos beber alegres el cáliz del martirio. Porque tú, Señor, libraste con mano poderosa a tu pueblo, cuando gemía bajo el pesado yugo de Egipto, y deshiciste a al Faraón y a su ejército en el mar Rojo, para gloria de tu nombre.

Ayuda, pues, eficazmente a nuestra fragilidad en esta hora de la prueba. Sé nuestro auxilio poderoso contra las huestes del demonio y de nuestros enemigos. Para nuestra defensa, embraza el escudo de tu divinidad y mantennos en la resolución de seguir luchando virilmente por ti hasta la muerte.

Así, con nuestra sangre, podremos pagarte la deuda que contrajimos con tu pasión, para que, como tú te dignaste morir por nosotras, también a nosotras nos hagas dignas del martirio. Y, a través de la espada terrena, consigamos evitar los tormentos eternos; y, aligeradas del fardo de la carne, merezcamos llegar felices hasta ti.

No le falte tampoco, Señor, al pueblo católico, tu piadoso vigor en las dificultades. Defiende a tu Iglesia de la hostigación del perseguidor. Y haz que esa corona, tejida de santidad y castidad, que forman todos tus sacerdotes, tras haber ejercido limpiamente su ministerio, llegue a la patria celestial. Y, entre ellos, te pedimos especialmente por tu siervo Eulogio, a quien, después de ti, debemos nuestra instrucción; es nuestro maestro; nos conforta y nos anima.

Concédele que, borrado todo pecado y limpio de toda iniquidad, llegue a ser tu siervo fiel, siempre a tu servicio; y que, mostrándose siempre en esta vida tu voluntario servidor, se haga merecedor de los premios de tu gracia en la otra, de modo que consiga un lugar de descanso, aunque sea el último, en la región de los vivos. Por Cristo Señor nuestro, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén».

 

1 comentario en “Oración mozárabe ante la persecución

  1. Tremenda y fuerte oración, que primero pone en boca de las mártires Flora y María, hasta pedir para ellas «lucha viril hasta la muerte», y que poco a poco va hablando de sí mismo, intuyendo su propio martirio al pedir por la «corona de sacerdotes» en general, acabando por pedir para sí mismo que llegue a ser «siervo fiel».
    Lo he tenido que leer mas de tres veces, pues es muy elaborado y denso, o bien hoy estamos (estoy) muy lejos del «espíritu martirial» en la época califal de la Córdoba de Eulogio y Alvaro.

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