Para conocer más sobre san Benito
Verano ’16 en Madrid
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El verano en Madrid es tranquilo. Y las mañanas de Domingo, en compañía de los amigos, disfrutando el hecho de estar juntos, es otro motivo más para agradecerle a Dios. Estábamos espectántes e ilusionados por lo que se avecinaba: la Peregrinación a Italia. Tan esperada, tan deseada… Y por fin, llegó. Estamos aún en plena digestión y proceso de asimilación, de todo lo vivído. Ha sido, sencillamente, maravillosa. Gratitud en todo el amplio sentido de la palabra, es el sentimiento que brota del corazón. Porque, cuando el descanso está dedicado a Dios, es un descanso productivo. No es como ir simplemente de turista. Es ir a orar con los ojos, con la sensibilidad a flor de piel. Es ir a aprender contemplando, extasiándose ante tanta belleza. Es callar, cuando no «puedes» hablar, porque te embarga la emoción. Es alabar a Dios, que mendíga nuestro tiempo. Es crecer con Cristo…y con sus Santos. Apreciar Su Grandeza, contemplando la Naturaleza. ¿Como no iba a regalarnos San Francisco el Cántico de las Criaturas, extasiado…? Rezar y celebrar la Eucaristía delante de las tumbas, nada más y nada menos que, de los Evangelistas,, de San Pedro, de San Lúcas, de San Marcos, de San Pablo. De San Benito, de San Juan Pablo II, de San Francisco y Santa Clara, de Santa Lucía, de San Antonio de Pádua… Lugares como Roma, el Vaticano, Santa María la Mayor, la tumba de San Franciaco de Asís, San Damián, la Porciúncula, Rávena y todas sus joyas hechas mosaicos, Venecia y San Marcos, Padua… y tantas cosas más… Quien te induce a paladear cada instante, cada visión; quien hace que te conmuevas y te emociones, transmitiéndote su propia emoción, quien te hace vivir una Experiencia de Dios así, es digno de recibir toda nuestra gratitud. Padre Manuel, GRACIAS. Y al Padre Diego, gracias por sus Celebraciones y sus homilias. Al recibimiento y la acogída y sus bellas enseñanzas, tanto plásticas, como verbales, que nos regaló el Padre Ruverval. A todos los que han contribuido para que haya sído un éxito esta Peregrinación, incluídos, por supuesto, todos los peregrinos, GRACIAS.
Gracias Lupe por tu precioso artículo.
Como bien dices, estamos en proceso de asimilación de todo lo vivido en este intenso viaje por Italia, dedicado al aprendizaje, contemplación, meditación, oración y diversión.
Nos hemos mantenido fieles a un objetivo: Levantarnos cada día con ganas e ilusión pese a la fatiga del día anterior.
A medida que avanzaba el viaje, iba creciendo un sentimiento de gratitud, Gratitud ante la vida, por haberme puesto ahí, en ese momento y en ese lugar entre vosotros. Cada instante ha merecido la pena.
Gracias a los organizadores, Padres Manuel, Diego, Ruberval y a los Peregrinos sin olvidar a Eduardo (el guía).