Oh Rey perpetuo de los elegidos,
oh Creador que todo lo creaste,
oh Dios en quien el Hijo sempiterno
es desde antes del tiempo igual al Padre.

Oh tú que, sobre el mundo que nacía,
imprimiste en Adán tu eterna imagen,
confundiendo en su ser el noble espíritu
y el miserable lodo de la carne.

Oh tú que ayer naciste de la Virgen,
y hoy del fondo de la tumba naces;
oh tú que, resurgiendo de los muertos,
de entre los muertos resurgir nos haces.

Oh Jesucristo, libra de la muerte
a cuantos hoy reviven y renacen,
para que seas el perenne gozo
pascual de nuestras mentes inmortales.

Gloria al Padre celeste y gloria al Hijo,
que de la muerte resurgió triunfante,
y gloria con entrambos al divino Paracleto,
por siglos incesantes. Amén.

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Esquema de la Basílica del Santo Sepulcro (Anástasis)

En rojo: construcción actual
En marrón claro: promontorio del Calvario y
oquedad de la Tumba, como eran en el s. I.
En gris: lo que queda actualmente

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Felicitación pascual de 1908:
el conejo, símbolo de la celeridad en el anuncio de la Resurrección;
el huevo de Pascua, símbolo de la Vida oculta por la cáscara.

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Antífona para cantar durante toda la Pentecostés (los 50 días): Regina coeli.