Pascua: realidad y sombra


Es la Pascua real, no ya la sombra,
la verdadera pascua del Señor;
la sangre del pasado es solo un signo,
la mera imagen de la gran unción.

En verdad, tú, Jesús, nos protegiste
con tus sangrientas manos paternales;
envolviendo en tus alas nuestras almas,
la verdadera alianza tú sellaste.

Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne
reconciliada con tu Padre eterno;
y, desde arriba, vienes a llevarnos
a la danza festiva de tu cielo.

Oh gozo universal, Dios se hizo hombre
para unir a los hombres con su Dios;
se rompen las cadenas del infierno,
y en los labios renace la canción.

Cristo, Rey eterno, te pedimos
que guardes con tus manos a tu Iglesia,
que protejas y ayudes a tu pueblo
y que venzas con él a las tinieblas. Amén.

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Un compromiso para la Cincuentena pascual o Pentecostés
puede ser la participación en la Misa en Rito hispano.

Hoy recordamos a san Valerio de Astorga (Bierzo, s. VII)

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1 comentario en “Pascua: realidad y sombra

  1. Resalto y copio del poema (mirando la foto del muro, la puerta y el almendro renacido en flor del huerto regado), » …en los labios renace la canción.
    Cristo, Rey eterno, te pedimos
    que guardes con tus manos a tu Iglesia,
    que protejas y ayudes a tu pueblo…»

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