Rezando en la alegría de la Pascua

El Salvador en la localidad burgalesa de Palacios de Benaver

Es justo y necesario,
es en verdad nuestro deber y salvación
darte siempre gracias por tu bondad,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Jesucristo, tu Hijo,
Rey sempiterno que reina contigo,
que, por nuestra salvación,
ha soportado tantas y tan grandes pruebas.
Fue sometido a juicio por los judíos
el que ha de juzgar a vivos y muertos.


Fue emplazado ante el tribunal de un magistrado
aquél cuya temible corte son los cielos inmensos.
Sufrió que su faz fuese mojada con salivazos
el que poco antes, con su saliva,
abrió los ojos al ciego de nacimiento.
Se dejó coronar de espinas,
quién ornó con coronas celestes a los mártires.
Aceptó que le ofreciesen a beber hiel y vinagre mezclados,
el que hizo brotar miel de la dura roca para saciar a su pueblo.
Dejó que la lanza penetrara en su costado,
aquél cuya espada venció a los infiernos.
Consintió que sus manos y sus pies
fuesen atravesados por clavos,
quién, con sus manos, hizo la bóveda del cielo.
Descendido de la cruz, quiso ser sepultado,
el que resucita a los muertos con su palabra.
Él mismo nos mandó ser ofrecido por nosotros,
para que ya no se derramara sobre el altar
la sangre de animales irracionales.

Él mismo se ha dignado ser sacerdote y víctima,
por quien todos los creyentes han de alcanzar la vida eterna.

Por esto, todos los ángeles y los santos
no cesan de alabarle, diciendo: Santo, santo, santo…

1 comentario en “Rezando en la alegría de la Pascua

  1. Esta comunicación contínuamente ofrece «dejar una respuesta». Y vamos a ello…

    Solo un enamorado puede componer una oración como esta, degustando cada matiz, cada detalle humano.
    Un enamorado es también el que la selecciona.
    ¿Hay alguna otra manera de unirse al «Rey sempiterno»?
    Creo que no?

    Y despues de rezarla, rumiarla, estremecerse… Ademas de unirse a todos los «ángeles y santos», quedamos los presentes impregnados de unión y amistad.
    ¿Será esto la Iglesia?

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