Creemos que todos pecaron en Adán;
lo que significa que la culpa original cometida por él
hizo que la naturaleza, común a todos los hombres,
cayera en un estado tal
en el que padeciese las consecuencias de aquella culpa.
Este estado ya no es aquel
en el que la naturaleza humana se encontraba al principio
en nuestros primeros padres,
ya que estaban constituidos en santidad y justicia,
y en el que el hombre estaba exento del mal y de la muerte.
Así, pues, esta naturaleza humana, caída de esta manera,
destituida del don de la gracia del que antes estaba adornada,
herida en sus mismas fuerzas naturales
y sometida al imperio de la muerte,
es dada a todos los hombres;
por tanto, en este sentido, todo hombre nace en pecado.
Mantenemos, pues, siguiendo el concilio de Trento,
que el pecado original se transmite,
juntamente con la naturaleza humana,
por propagación, no por imitación,
y que se halla como propio en cada uno.
(Credo del Pueblo de Dios, 16)
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liwyatan = enrollado, retorcido. Iconografía y etimología concuerdan.