Triduo al Apóstol

 

«El sentido, el estilo peregrinante es algo profundamente enraizado en la visión cristiana de la vida y de la Iglesia. El camino de Santiago creó una vigorosa corriente espiritual y cultural de fecundo intercambio entre los pueblos de Europa. Pero lo que realmente buscaban los peregrinos con su actitud humilde y penitente era ese testimonio de fe […]: la fe cristiana que parecen rezumar las piedras compostelanas con que está construida la basílica del Santo. Esa fe cristiana y católica que constituye la identidad del pueblo español.

Os invito a reflexionar sobre nuestra fe, en un esfuerzo para conectar de nuevo con los orígenes apostólicos de vuestra tradición cristiana. En efecto, la Iglesia de Cristo, nacida en Él, crece y madura hacia Cristo a través de la fe transmitida por los Apóstoles y sus sucesores. Y desde esa fe ha de afrontar las nuevas situaciones, problemas y objetivos de hoy. Viviendo la contemporaneidad eclesial en actitud de conversión, en servicio a la evangelización, ofreciendo a todos el diálogo de la salvación, para consolidarse cada vez más en la verdad y en el amor.
La fe es un tesoro que «llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros».
La fe de la Iglesia tiene su origen y fundamento en el mensaje de Jesús que los Apóstoles extendieron por todo el mundo. Por la fe, que se manifiesta como anuncio, testimonio y doctrina, se transmite sin interrupción histórica la revelación de Dios en Jesucristo a los hombres.
Los Apóstoles, predicando el Evangelio, entablaron con los hombres de todos los pueblos un diálogo incesante.
Dice san Pablo y parece decirlo aquí Santiago: «En toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo».
Los peregrinos parecen responder: «Creí, por eso hablé […] sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros [. . .] para que la gracia difundida en muchos acreciente la acción de gracias para gloria de Dios».
Así perdura en Compostela el testimonio apostólico y se realiza el diálogo de las generaciones a través del cual crece la fe, la fe auténtica de la Iglesia, la fe en Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado para ofrecernos la salvación. Él, rico en misericordia, es el Redentor del hombre.
Una fe que se traduce en un estilo de vida según el Evangelio, es decir, un estilo de vida que refleje las bienaventuranzas, que se manifieste en el amor como clave de la existencia humana y que potencie los valores de la persona, para comprometerla en la solución de los problemas humanos de nuestro tiempo.
Es la fe de los peregrinos que venían y siguen viniendo aquí de toda España y desde más allá de sus fronteras. La fe de las generaciones pasadas que ayer vinieron a Compostela, y de la generación actual que continúa viniendo también hoy. Con esta fe se construye la Iglesia, una, santa, católica y apostólica.
Así, pues, junto al Apóstol Santiago se construye en nosotros la Iglesia del Dios viviente. Esta Iglesia profesa su fe en Dios, anuncia a Dios, adora a Dios. Así lo proclamamos en el Salmo:
«El Señor tenga piedad y nos bendiga, / ilumine su rostro sobre nosotros; / conozca la tierra tus caminos, / todos los pueblos tu salvación. / ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, / que todos los pueblos te alaben»».

 

(San Juan Pablo II, en la Misa del Peregrino 1982)

 

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En muchos lugares comienza hoy el triduo preparatorio para la solemnidad nuestro patrón.
No olvidamos, sin embargo, que hoy toda Europa celebra a santa Brígida de Suecia (+ 1373),
una de las patronas del viejo continente.

 

Miniatura en un «beato» con la representación  del Apóstol Santiago y la palabra que indica el ámbito de su predicación: SPANIA

 

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1 comentario en “Triduo al Apóstol

  1. Isidoro es el mejor director espiritual, no presencial. Gracias.
    Santiago… mucho para pedirle, y algo para estudiarle, fuera de mitos. Uno de los tres, ya es merito. El recio Santiago amigo de su hermano el tierno.

    Fueron elegidos, los demas también.
    Magdalena, la íntima, Brígida, la lista,
    inteligente y diligente…

    Isidoro era listo e inteligente?
    Tenaz y maestro.
    Seguimos, día a día, aprendiendo.

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