La meditación del Via Crucis nos ayuda a valorar la entrega generosa del Señor Jesús, a ver nuestra historia como participación en su camino doloroso y a solidarizarnos con el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas.

Jesús mismo anunció su Pasión, instituyó su memorial en la última Cena, la sufrió y asumió la muerte de toda humanidad que reinaba desde el comienzo de la historia. Como el Espíritu del Resucitado se ha derramado con su Pascua tenemos fe en la Victoria de la Cruz.

Hacemos este Camino con Cristo, en comunión con toda la Iglesia, pidiendo a Dios el cese de la pandemia, la salud de los enfermos y la salvación eterna de los difuntos.

Comenzamos con la invocación:

Espíritu Santo, que procedes del Padre y del Hijo,
santifica nuestros corazones y concédenos en abundancia tus dones. Amén.
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten piedad de nosotros. Amén.

Se proponen catorce pasajes del evangelio que se pueden buscar en cada biblia.
Iniciamos con la lectura del anuncio de la Pasión: Mc 10,32-34.

Después de cada lectura podemos hacer un momento de silencio y/o añadir:

Pedimos la misericordia del mismo Dios nuestro,
que es bendito y vive y todo lo gobierna por los siglos de los siglos. Amén.

1. Última cena de Jesús: Mt 26,20-29.
2. Agonía en el huerto: Lc 22,39-46.
3. Arresto de Jesús: Mt 26,47-56.
4. Ante el Sanedrín (Consejo de Ancianos): Mc 14,53-65.
5. Negación de Pedro: Jn 18,15-18.25-27.
6. Proceso ante Pilato, procurador romano: Jn 18,28-38.
7. Ante el rey Herodes: Lc 23,6-12.
8. Azotes y condena: Mt 27,26-31.
9. Ayuda de Simón de Cirene: Mc 15,21.
10. Mujeres de Jerusalén: Lc 23,27-32.
11. Colgado del madero de la Cruz: Jn 19,18-28.
12. Muerte de Jesús: Mt 27,45-56.
13. Sepultura: Lc 23,48-55.
14. Descenso al Abismo para la Resurrección (Anástasis): 1Pe. 3, 19-4, 6

Invocación: Kyrie eleison (3 veces) y lectura: Mc 16,1ss

Después de un momento de silencio:

Padrenuestro…
Porque Tú eres la vida de los que viven, la salud de los enfermos y el descanso de todos los fieles difuntos por los siglos de los siglos. Amén.
Concédelo, Dios altísimo, glorioso en la Trinidad, por los siglos de los siglos. Amén.

Haciendo memoria de la gloriosa siempre Virgen María, de los santos apóstoles y mártires, de san Sebastián, san Roque y de todos los confesores y vírgenes. Amén.