9 noviembre: una advocación mariana mozárabe

Unos minutos de oración en este sábado de la Virgen

con la antífona festiva Gloria in excelsis Deo

(del Antifonario de León, s. X )

(Misa hispano-visigótica / Paniagua)

2 comentarios en “9 noviembre: una advocación mariana mozárabe

  1. Gracias.
    Las campanas de bronce y aleación de otros metales oscilan y vibran en el interior de los templos como la corona de rey Recesvinto, convertida en lámpara votiva, adorna con su brillo el altar, cuando los cantos litúrgicos invaden el espacio de la arquitectura. Durante este himno antifonal suenan, vibran, siete campanas afinadas evocando el Espíritu septenario, y en los repiques suenan tres en su Unidad Trinitaria.
    Una larga y audaz introducción para dejar un ambiente intemporal, antes del canto del Gloria, ya sea en el siglo VI, siglo XI o siglo XXI.

    Según san Isidoro (h.556-636), Etimologias 1.3, cc. XVI y XVII:
    «Sin la música no hay nada perfecto, digamos que nada existe sin ella, porque al decir de los pitagóricos, el mundo consta de cierta armonía de sonidos y los mismos cielos marcan sus círculos empujados por una armónica modulación.

    La música hace vibrar almas y cuerpos, enardece a los combatientes, anima a los navegantes, sostiene en su fatiga a los labriegos, aplaca los ánimos excitados, hasta las bestias se estremecen con sus modulaciones, nuestra voz, nuestro pulso, nuestro corazón, marchan al ritmo de la armonía y cadencia musical.»

    El himno angélico «Gloria in excelsis» se cantaba antes del canto «praelegendum» y las lecturas del día:
    Alabanza a Cristo, los ángeles y los pastores en Belén: Gloria in excelsis Deo.
    Alabanzas a Dios: Laudamus te, benedicimus te…
    Invocación trinitaria: Cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris.
    Gloria y el trisagio, de regusto bizantino (Juan de Biclaro y san Leandro).

    Del libro de los números, atribuido a san Isidoro, obispo de Sevilla:
    «El ternario es número impar y conjunto perfecto, porque tiene inicio, medio y final. Equidistando, por derecho, del centro está el principio y el fin; y lo que está formado de tres, es uno, puesto que tres son uno: una sola es la Divinidad y tres personas distintas en una sola naturaleza.»
    «Así pues, este número significa el misterio de la Trinidad, pues con el mismo número en todo el orbe se propaga la Santa Trinidad y divinidad; y también con este número cantan los ángeles en el cielo el himno trisagio.»

    Del número siete:
    «Incluso también por esto se dice en la ley que el séptimo día será fiesta para significar el eterno descanso. Por eso, se representa al Señor, después de su resurrección, comiendo con siete discípulos. Así pues, en tercer lugar este número siete significa la totalidad de la Santa Iglesia, que pasa de generación a generación.»

    «En el Apocalipsis, Juan escribe a 7 Iglesias y las llama por su nombre individualizándolas, pero una única Iglesia es la que difunde por todo el mundo la gracia septiforme del Espíritu Santo, pues se ha escrito: «Una sola es la paloma mía, la perfecta mía». (C.C. VI, 8). Con todos estos significados, este número es el más sublime de todos los demás en las Sagradas Escrituras, de manera que el Señor lo santificó en su descanso y lo prometió en una futura resurrección.»

    «Por lo tanto, con razón el Espíritu Santo lleva la representación del 7, el que habita en Cristo a través de la plenitud de la Divinidad, afirmando
    el profeta Isaías: «Y reposará sobre él el Espíritu del Señor, espíritu de
    sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu
    de ciencia y de piedad, y estará lleno del espíritu de temor de Dios».

    «También son 7 las formas de la Luna, pues tiene figuras: la primera es bicorne (inicio del creciente); la segunda sectil o medilunia; la tercera mediana; la cuarta llena; la quinta mediana (menguante); la sexta sectil (menguante); y la séptima,
    igual que la primera, bicorne (luna nueva).»
    «Así, otros 7 son los círculos de todos los planetas del cielo, las épocas del
    mundo y también, las mezclas de los elementos, pues son el fuego con
    el aire, el aire y el agua, el agua y la tierra, aquí la sublimación, la tierra
    y el agua, el agua y el aire, y el aire y el fuego.»

    Gloria in excelsis Deo, et in terra pax hominibus bonae voluntatis.

  2. Las campanas son una música especial, variadísima y emocionante. Me encantan. Cambia totalmente el sonido según el metal del que están hechas. Pero siempre es bello y evocador – especialmente en esta grabación.

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