Algunas oraciones eucarísticas del Jueves Santo:
día el amor fraterno


Para orar despacio con la tradición eucarística hispana:

Es digno y justo, Señor, Padre nuestro, Dios todopoderoso y eterno,
que te demos gracias a ti y a Jesucristo, tu Hijo.
Su humanidad nos ha recogido, su humildad nos ha levantado,
nos absuelve al ser traicionado, nos redime con su pasión,
su cruz nos salva, su sangre nos lava, su carne nos alimenta.
Él se entregó hoy por nosotros y deshizo los lazos de nuestra culpa.
Él para ponderar ante sus fieles la munificencia de su bondad y su humildad,
no desdeñó lavar los pies del traidor,
que ya tenía sus manos manchadas por el crimen.
¿Qué tiene de extraño que dejara sus vestiduras,
cuando cercano a la muerte,
cumple voluntariamente una misión propia de siervo,
si se despojó a sí mismo de su categoría divina?
¿Qué tiene de extraño que se ciña con una toalla,
quien, al asumir la condición de siervo,
apareció revestido de humanidad?
¿Qué tiene de extraño que eche agua en una palangana
para lavar los pies a sus discípulos,
quien derramó su sangre sobre la tierra
para lavar las inmundicias de los pecados?
¿Qué tiene de extraño que enjugara los pies que había lavado
con la toalla que le ceñía,
el que con el cuerpo de que estaba revestido
disipó las dudas de los evangelistas?
Y para ceñirse con la toalla, dejó los vestidos que llevaba,
pero para adoptar la condición de siervo;
al aniquilarse a sí mismo, no dejó lo que tenía,
sino que aceptó lo que no tenía.
Fue despojado de sus vestiduras para ser crucificado
y envuelto en unos lienzos para ser enterrado.
Toda su pasión resultó purificación para los que creen en él.
Pues, al padecer, presenta su muerte como una ofrenda,
no sólo para aquellos por los que vino a sufrir la muerte,
sino también para aquel que había de entregarle a la muerte.

Es tan provechosa la humildad humana,
que la grandeza divina la predica con su ejemplo.
Porque el hombre soberbio habría perecido para siempre,
si no le hubiera socorrido el Dios humilde;
pues los hombres estaban condenados a muerte
a causa de la soberbia del engañador,
y son salvados por la humildad del piadoso redentor.
A él, con toda razón los ángeles y los arcángeles
no cesan de aclamarle cada día diciendo a una voz: Santo…
Santo y bendito es en verdad nuestro Señor Jesucristo,
que fue entregado y muerto por nuestros pecados
y resucitó para nuestra justificación.
Cristo, el Señor, el Redentor eterno.
el cual
Proclamamos, Señor, no lo callamos,
que por nuestra redención has sido entregado, muerto y sepultado,
que después de tu muerte has subido a los cielos,
y que has de volver como juez al final de los tiempos.
Por ello te pedimos que santifiques estas ofrendas,
y purifiques propicio los corazones de quienes los van a recibir. R. Amén.


¿A qué hermano/a tenemos que dar el abrazo de paz?

***
Al rezar hoy el Padrenuestro:

Considerando nuestros pensamientos y nuestros pecados
no te inmolamos, Señor, víctimas cruentas;
con sencillo deseo te ofrecemos el cuerpo del Sacerdote sempiterno.
Acuérdate, Señor, de lo que sufrió por nosotros,
el que cargó con nuestros pecados.
Vístenos, pues, con la estola de la santidad
para que nadie se siente en tu cena sin el vestido de bodas;
y el banquete del Nuevo Testamento florezca en gozos celestiales.
Lejos de nosotros la trampa en que cayó aquel mal discípulo.
Que encuentres una fe sincera en todos,
una esperanza firme
y una caridad pura.
Para que la conciencia no se vea acusada por la recepción del alimento espiritual,
sino que por la dulzura de tu paz y de tu caridad, libres de todo vicio,
te aclamemos desde la tierra:
Padre nuestro…


P. Baena en una eucaristía en el santo Sepulcro de Jerusalem

***
Bendición del Jueves, al comienzo del Triduo:

Cristo Señor, que consintió en ser entregado hoy,
por la salvación del mundo,
nos dote con el don de su gracia. R. Amén.

El que descubrió al traidor con un bocado de pan,
se complazca en nosotros cuando recibamos su Pan. R. Amén.

Y el que se dignó hoy lavar los pies de sus discípulos,
nos limpie de todos nuestros pecados
y nos asocie al grupo de sus seguidores. R. Amén.

Por la misericordia de Dios,
nuestro Dios, que es bendito y vive y todo lo gobierna,
por los siglos de los siglos. R. Amén.


Nuestra tradición hispana fue sagrada durante siglos;
también para nosotros permanece sagrada.
Así hemos de legarla a nuestra generación.

***
Documentales:
¿En dónde se conserva el Arca de la Alianza? ¿Qué y cómo era?

El secreto del Arca perdida

1 comentario en “Algunas oraciones eucarísticas del Jueves Santo:
día el amor fraterno

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