En las <Orientaciones> que la Santa Sede daba
para el <Año mariano>
se hablaba de la invocación final
a la Bienaventurada Virgen María:
se hablaba de la invocación final
a la Bienaventurada Virgen María:
“Es costumbre muy difundida que la asamblea dominical,
después del saludo ritual de despedida,
permanezca todavía en el recinto para terminar con un canto” (n. 21).
Y se añadía:
“Sería apropiado que […] este canto,
siempre con relación al tiempo litúrgico,
se dirigiera a la madre de Jesús.
Podría cantarse, por ejemplo, […] en el Tiempo Cuaresma,
la antífona Ave, Regina caelorum
o un canto que conmemore el camino de fe de la Virgen
o su participación en el misterio de la Cruz”.
Del Breviarium Gothicum:
Deus, miserere
Dios, ten misericordia
de los enfermos,
de los oprimidos,
de los dispersos,
de los cautivos,
de los que viajan,
de los navegantes,
de los atribulados,
de los penitentes
y de los fieles difuntos,
socórrelos sin demora,
Padre Celestial.
Buenos días.
Ave Regina caelorum
https://youtu.be/h-8mCDihTWU
Preciosa el canto de Ave Regina Caelorum. Esta versión ha hecho que una melodía que siempre me había parecido compleja y poco harmoniosa adquiriese de repente una belleza desconocida ó no apreciada por mí. Perfecto para el viernes de dolores y la Vía Matrix de esta tarde.
Y el Miserere completo es el complemento perfecto. La misericordia del Señor está actuando siempre.