El acontecimiento fundante del cristianismo acaece en un ámbito orante de total intimidad y de absoluto silencio y esto es válido para toda la iconografía de la Anunciación-Encarnación que se desarrolla a lo largo de todos los siglos del cristianismo.

Se trata de la oración personal por excelencia descrita en diversos textos, de los cuales citamos dos.

“Tú cuando ores entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te premiará.” Mt 6,6

“La oración nunca se hará en la iglesia, delante de otros, sino en escondido como en casa, etc.” Ignacio de Loyola, EE 88.

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Anunciación-Encarnación, typus thalamus

Rogier van der Weyden fue el primer artista que pintó esta iconografía de la Anunciación-Encarnación, que evidentemente se refiere al “tálamo sagrado”, en el tríptico de la Anunciación, panel central, poco antes de 1434. La tabla central se halla en el Museo del Louvre y los paneles laterales en Galleria Sabanda de Turín.

Esta iconografía fue utilizada después por varios pintores flamencos y duró aproxima- damente un siglo, desapareciendo posteriormente.

La imagen que aquí se ofrece como imagen de la Virgen de Marzo, corresponde al panel derecho del Triptico de la Adoración de los Reyes o Tríptico de Santa Columba, pintado por el mismo autor en su último periodo creativo en torno a 1450-56.

Del mismo modo que en la iconografía de la “Conceptio per aurem” el Espíritu desciende en un movimiento catabático hacia la oreja derecha de María, en este cuadro se dirige hacia el “tálamo sagrado” con colcha roja y baldaquino (1) también con cortinas rojas y bello paño de brocado con dibujo alcachofado en tonos rojizos y dorados. El rojo es el color del fuego y del amor. Este paño, muy frecuente en las obras de la pintura flamenca, en cierto modo, resalta la importancia de la persona que se coloca delante.

“El Espíritu Santo descendió sobre la Virgen como desciende la virtud del sol sobre la rosa y sobre el lirio, que sin corrompimiento alguno les da la virtud de concebir y de fructificar.”

Vita Christi de Ludolfo de Sajonia, el Cartujano, siglo XIV

Breves consideraciones sobre este cuadro

*  En la parte superior aparece una vidriera por donde se filtra la luz, además de las dos ventanas. Las vidrieras fueron muy utilizadas en el gótico.

*  En el reclinatorio donde María se haya arrodillada y leyendo el Antiguo Testamento, está tallada la escena del pecado original, que ha hecho necesario el nacimiento del Salvador.

*  Era costumbre de las casas acomodadas de Borgoña colocar una cama en el salón donde se recibían las visitas (Matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck, también con baldaquino y colcha roja). Ocasionalmente iba unida a la maternidad, ya que era el lugar donde las madres recién paridas recibían con su bebé las visitas de familiares y amigos. De esto se deduce que la estancia donde acaece la Anunciación-Encarnación en esta imagen podría no ser el dormitorio de María, sino un salón. El texto lucano dice que “el ángel entró donde María estaba”.

*  El ángel Gabriel, con corona y portando cetro, aparece misteriosamente en la habitación estando la puerta cerrada. El silencio que reinaba en este ámbito sagrado permite que María pueda escuchar su misteriosa irrupción y gire la cabeza, apartando la vista del libro, escrito a dos columnas.

Su túnica y su capa pluvial son de color azul, color de lo infinito, del cielo y de lo celestial

El ángel lleva un gran broche, propio de los ángeles góticos, que sujeta su capa pluvial.

El pie derecho del ángel está situado sobre una baldosa del pavimento de forma octogonal, quizás un simbolismo del octógono sagrado.

Las palabras que pronuncia parecen flotar en el aire. En todas las obras posteriores al políptico del Juicio Final de Beaune, Borgoña, (entre 1443 y 1451) los textos están libres como flotando en el espacio, sin las banderolas que el pintor utilizó en épocas anteriores para resaltarlos, p.e. en el Tríptico de Miraflores.

*  El jarrón con los lirios blancos, que aparece en casi todas las iconografías de la Anunciación, simboliza la pureza virginal de María.

*  Por último, si en el texto de Joel 2,16 la novia tiene que abandonar el tálamo (lecho nupcial dice la Septuaginta) en tiempo de penitencia, en el caso de María, por el contrario, el tálamo sobre el que desciende el Espíritu Santo expresa simbólicamente la concepción virginal de Jesús.