
Mérida, 15 de noviembre 2019.

Mérida, 15 de noviembre 2019.
matriz de las Iglesias de Occidente
He aquí una buena lectura formativa para días de otoño

Oratio admonitionis
Hermanos amados:
al entrar juntos en su santuario de la tienda de la alianza,
si queremos encomendar nuestro sacrificio a Dios,
no dudemos en inmolar víctimas por medio de la misericordia;
entonces es fiel la oblación del pan y del vino,
entonces tiene lugar la auténtica remisión de los pecados
cuando se observa la piedad por Dios
o se ayuda al hermano de todo corazón.
Sembremos pues misericordia para poderla cosechar
y, repartiendo a los pobres los bienes transitorios,
mientras vivimos en esta tierra,
hagamos que Cristo sea deudor nuestro en el cielo;
demos comida a los hambrientos, a los sedientos bebida,
vistamos a los desnudos, visitemos a los enfermos,
el peregrino sea siempre recibido en nuestras casas,
consolemos asiduamente a los que suspiran en las cárceles,
libremos a los pobres de las injusticias,
defendamos a los huérfanos y a las viudas,
perdonemos las ofensas a quienes nos han ofendido
para que podamos pedir con confianza ser perdonados;
anunciemos el camino de la verdad a los que se han desviado
y a los no creyentes la penitencia que salva;
procuremos encaminar hacia la salvación a todos los pecadores,
de manera que cuando el Señor, clemente y compasivo,
se digne venir a nuestro encuentro,
podamos ofrecerle con un corazón limpio el sacrificio eterno.
R/. Amén.
Por la misericordia de la divinidad
del que es un sólo Dios en la Trinidad
y vive y reina por los siglos de los siglos.
R/. Amén.



Recordemos a los pecadores,
los cautivos, los enfermos y los emigrantes…
el Señor los mire con bondad,
los libre, los sane y los conforte.
R/. Concédelo Dios eterno y todopoderoso.
Unos minutos de oración en este sábado de la Virgen
con la antífona festiva Gloria in excelsis Deo
(del Antifonario de León, s. X )
(Misa hispano-visigótica / Paniagua)

“La oración del Señor contiene siete peticiones a Dios Padre.
Las tres primeras, más teologales, nos atraen hacia Él, para su gloria, pues lo propio del amor es pensar primeramente en Aquel que amamos. Estas tres súplicas sugieren lo que, en particular, debemos pedirle:
la santificación de su Nombre,
la venida de su Reino y
la realización de su voluntad.
Las cuatro últimas peticiones presentan al Padre de misericordia nuestras miserias y nuestras esperanzas:
le piden que nos alimente,
que nos perdone,
que nos defienda ante la tentación
y nos libre del Maligno”
(Compendio del Catecismo, n. 587)
Miserere (Ordo in finem hominis diei)
Podemos escuchar este texto como oración del mes de noviembre.
Abajo aparece una traducción al español.
Miserere, miserere, miserere illi Deus.
R/. Christe redemptor, veniam ei concede.
V/. Qui exaudis obsecrantes, et gementes te precantes.
R/. Christe redemptor, veniam ei concede.
V/. Parce nostris iam delictis, fove vultu pietatis.
R/. Christe redemptor, veniam ei concede.
V/. Qui exspectas penitentes, et peccata deplorantes.
R/. Christe redemptor, veniam ei concede.
V/. Sacerdotum audi preces, aures tuas implorantes.
R/. Christe redemptor, veniam ei concede.
V/. Fratres mei et sorores pro me sitis oratores.
R/. Christe redemptor, veniam ei concede.
V/. Pulvi iacet caro mea, non resonat lingua mea.
R/. Christe redemptor, veniam ei concede.

«El Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, al tomar posesión de la sede arzobispal de Toledo, el año 1495, se dio cuenta enseguida del valor religioso y cultural de la liturgia de los mozárabes. Advirtió también los peligros de extinción que la amenazaban.
El mismo Cardenal Lorenzana había reeditado ya el breviario, en Madrid, el año 1775, con el título de <Breviarium Gothicum, secundum regulam beatissimi Isidori>.






