
Esta es la víctima santa y saludable,
que reconcilió al mundo contigo, Oh Padre.
Este cuerpo es el que colgó de la cruz.
Esta sangre es la que manó abundante de su costado.

Esta es la víctima santa y saludable,
que reconcilió al mundo contigo, Oh Padre.
Este cuerpo es el que colgó de la cruz.
Esta sangre es la que manó abundante de su costado.
Decía un Concilio hispano
que había que recordar esto
en Agosto…
¡por algo será!
Tú eres nuestra gloria, Dios nuestro,
aclamado y cantado sin interrupción
por los ángeles en el cielo,
mientras aquí eres celebrado
solemne y sinceramente;
concédenos, por tu inmensa bondad,
vernos libres de todo mal
y poder proclamar siempre tus alabanzas.
R/. Amén.
Por tu misericordia, Dios nuestro,
que eres bendito y vives y todo lo gobiernas
por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

<Antes de que intentes quitarme el suelo que piso,
te voy a contar un secreto: ¡sé volar!>
Dicen que de las consejas de san J. Walter
propuesta: <El hobbit >
Es un pintoresco cuento de fantasía medieval que fue escrito originalmente para entretener a los hijos del autor, J.R.R. Tolkien, y que se convirtió en un clásico de la literatura universal. La historia cuenta como un pequeño de pies peludos, Bilbo Bolson, se embarca en una aventura junto al mago Gandalf y un grupo de enanos para obtener el tesoro de la “Montaña Solitaria”.
El hobbit es una novela corta y su éxito llevó al autor a escribir una secuela, su reconocida saga épica “El Señor de los Anillos” y en parte una llamada“El Silmarillion”. Si lo tuyo son las historias de amistad y las duras pruebas en mundos por descubrir, Tolkien no te decepcionará.
Conduzca a los extraviados a la penitencia,
<
quien fue eximio por sus enseñanzas
Obtenga a los pecadores el perdón de sus faltas
aquél que cimentó a la Iglesia con su doctrina.
Él, que gobierna con su predicación a la Iglesia
como una nave entre las olas del mar,
obtenga para los gobernantes la discreción,
la perseverancia para las vírgenes,
la disciplina para los ministros sagrados,
el dominio de sí mismos para los laicos,
la constancia para los que trabajan por la fe.
Haz, Señor, que cuantos, animados por su victoria,
celebramos su festividad,
perdonados nuestros pecados por sus méritos,
podamos llegar hasta ti después de la muerte.
R/. Amén.>
Santo y bendito es en verdad
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que, a pesar de su condición divina,
se despojó de su rango
tornando la condición de esclavo,
cuando se encarnó
en las entrañas de la Virgen,
y, ocultando su divinidad,
asumió nuestra debilidad.
Él es Cristo
Señor y Redentor eterno.
pocos minutos bien aprovechados

He aquí Lola dando ideas…

¡Oh divino secreto de la confesión del mártir,
en la que el mismo morir ya es alabanza,
y el que mata es quien sufre la condena!
¡Oh lucha sagrada,
en la que unos en apariencia perecen,
pero los que mueren son otros!
¡Oh combate espiritual,
en el que el atacante es vencido
por la muerte de sus víctimas;
y, mientras el diablo inspira crueldad a los torturadores,
Cristo asiste a sus mártires dándoles paciencia y fortaleza!
[En el recuerdo de san Jorge, diác,
santa Natalia y compañeros]






