Catequesis eucarística en el tiempo pascual

Jesús, el Señor, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, después de pronunciar la Acción de Gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: «Tomad y comed, esto es mi cuerpo.» y tomando el cáliz, después de pronunciar la acción de Gracias, dijo: «Tomad y bebed, ésta es mi sangre.» Por tanto, si él mismo afirmó del pan: Esto es mi cuerpo, ¿quién se atreverá a dudar en adelante? Y si él mismo afirmó: Ésta es mi sangre, ¿quién podrá nunca dudar y decir que no es su sangre?

Por esto hemos de recibirlos con la firme convicción de que son el cuerpo y sangre de Cristo. Se te da el cuerpo del Señor bajo el signo de pan, y su sangre bajo el signo de vino; de modo que al recibir el cuerpo y la sangre de Cristo te haces concorpóreo y consanguíneo suyo. Así, pues, nos hacemos portadores de Cristo, al distribuirse por nuestros miembros su cuerpo y sangre. Así, como dice san Pedro, nos hacemos participantes de la naturaleza divina.

En otro tiempo, Cristo, disputando con los judíos, decía: Si no coméis mi carne y no bebéis mi sangre, no tendréis vida en vosotros. Pero, como ellos entendieron estas palabras en un sentido material, se hicieron atrás escandalizados, pensando que los exhortaba a comer su carne.

En la antigua alianza había los panes de la presencia o proposición; pero, como eran algo exclusivo del antiguo Testamento, ahora ya no existen. Pero en el nuevo Testamento hay un pan celestial y una bebida de salvación, que santifican el alma y el cuerpo. Pues, del mismo modo que el pan es apropiado al cuerpo, así también la Palabra encarnada concuerda con la naturaleza del alma.

Por lo cual, el pan y el vino eucarísticos no han de ser considerados como meros y comunes elementos materiales, ya que son el cuerpo y la sangre de Cristo, como afirma el Señor; pues, aunque los sentidos nos sugieren lo primero, hemos de aceptar con firme convencimiento lo que nos enseña la fe.

Adoctrinados e imbuidos de esta fe certísima, debemos creer que aquello que parece pan no es pan, aunque su sabor sea de pan, sino el cuerpo de Cristo; y que lo que parece vino no es vino, aunque así le parezca a nuestro paladar, sino la sangre de Cristo; respecto a lo cual hallamos la antigua afirmación del salmo: El pan da fuerzas al corazón del hombre y el aceite da brillo a su rostro. Da, pues, fuerzas a tu corazón, comiendo aquel pan espiritual y da brillo así al rostro de tu alma.

De las Catequesis de Jerusalén
(Catequesis 22 [Mistagógica 4], 1. 3-6. 9: PG 33, 1098-1106)

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Hoy, martes, se celebra la misa en Rito Hispano.

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Los cincuenta días de Pascua (la Pentecostés) constituyen una única fiesta
que celebra la presencia del Espíritu que resucitó al Señor
y nos resucitará también a nosotros;
los últimos días –entre la Ascensión y Pentecostés– se distinguen un poco
e intensifican las alusiones al Espíritu Santo.
No obstante, la presencia del Santo Pneuma es propia de toda la Cincuentena.

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2 comentarios en “Catequesis eucarística en el tiempo pascual

  1. Ad Cœnam Agni: a la Cena del Cordero
    El himno pascual de Vísperas es una auténtica profesión de fe eclesial en la victoria de Cristo: por los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía la multitud creyente, renacida a la gracia y agregada al triunfo del Cordero, está llamada a participar del fruto del árbol de la vida del Paraíso. Este es el objeto de nuestra alabanza y el mensaje para el mundo…

    6 versiones para escuchar esta joya, el texto mas abajo.

    https://youtu.be/tLaNljOf9yQ GREGORIANO SENCILLO ORGANO
    https://youtu.be/_bnf6jqmpNE GREGORIANO PURO, HOMBRES-MUJERES 4:42
    https://youtu.be/_bnf6jqmpNE CON ORGANO
    https://youtu.be/YVSNqwPk0Xo KONRAD RUHLAND RITMICO ** variante texto 2:53
    https://youtu.be/nD7Uv0PBHaY GREG CON ORGANO DULCE SOLISTA-CORO
    https://youtu.be/Ac6yaeiig4U TIPO ORGANUM, PERES
    Texto latino
    1. Ad cenam Agni próvidi,/
    stolis salutis cándidi,
    post tránsitum maris Rubri
    Christo canámus Príncipi.
    2. Cuius corpus sanctíssimum
    in ara crucis tórridum,
    sed et cruórem róseum /
    gustándo, Deo vívimus.
    3. Protécti paschæ véspere /
    a devastánte ángelo,
    de Pharaónis aspero /
    sumus erépti imperio.
    4. Iam pascha nostrum Christus est,
    Agnus occísus innocens;
    sinceritátis ázyma /
    qui carnem suam obtulit.
    5. O vera, digna hóstia,
    per quam fragúntur tártara,
    captíva plebs redímitur,
    réddúntur vitæ prǽmia.
    6. Consúrgit Christus túmulo,
    victor redit de bárathro,
    tyránnum trudens vínculo
    et Paradísum réserans.
    7. Esto perénne mentibus,
    paschále, Iesu, gáudium,
    et nos renátos grátiæ /
    tuis triúmphis ággrega.
    8. Glória tibi Dómine, /
    Qui surrexísti a mórtuis,
    cum Patre et almo Spíritu,
    in sempitérna sǽcula.
    Amen.

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