Celebrar hacia Oriente (II)

illatioLa acción de celebrar hacia Oriente
<Es legítima y conforme
a la letra y el espíritu del Concilio.

Como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino
y la Disciplina de los Sacramentos,
suelo recordar que la celebración versus Orientem 
está autorizada por las rúbricas del misal,
que lo que precisan son los momentos
en los que el celebrante debe volverse hacia el pueblo.

Por tanto, no hace falta 
ninguna autorización particular 
para celebrar «cara al Señor».

En un artículo publicado en junio de 2015
por L’Osservatore Romano
propuse que los sacerdotes y los fieles
se vuelvan hacia Oriente
al menos en el rito penitencial,
en el canto del Gloria y
en la Plegaria Eucarística>.

Card. Sarah,
C. del Culto Divino y los Sacramentos

2 comentarios en “Celebrar hacia Oriente (II)

  1. En nuestro antiguo Rito Gotho-Hispáno y mozárabe, celebramos todos así la Eucaristía: mirando hacia Oriente.Y así nos convertímos en los «verdaderos adoradores que busca el Padre».SC 6 «…porque el Padre desea que lo adoren así: en espiritu y verdad» Jn 4, 23 Si cada martes, fielmente, acudimos a celebrar con esa actitud, parece lógico pensar que nuestra disposición es, efectivamente, de verdad y en espíritu de comunión con nuestros hermanos, hacia Él. Unida toda la asamblea en una postura, unos cánticos, unas oraciones, elevadas, participadas, como incienso en Su presencia, que se propaga, tambien, profusamente, inundándolo todo… envolviendo a cada participante en un misterio de unión con Dios.. En esa actitud orante, alimentados por la Palabra, la transmisión del Santo Espíritu a través de quien presida, que declama preciosas oraciones, asistído por los servidores y concelebrantes, la distracción no tiene cabida. Y esa actitud de oración, sería bueno que todos la trasladásemos a nuestra vida ordinaria, que es la que nos infundirá el deseo y la valentía para dar testimonio y convertirnos en apóstoles, en estos convulsos tiempos que nos toca vivir… Que por otro lado, no son nuevos para la Iglesia. No nos instalemos en la indolencia, en la indiferencia… aunque sí en el respeto a los que no piensan como nosotros. Con actitud valiente y creativa. Dice el Papa Francisco en su decálogo «vivir y dejar vivir, es el primer paso de la paz y la felicidad». ¡SEAMOS FELICES, HACIENDO FELICES A OTROS!

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