El canto litúrgico

En el ars celebrandi (arte de celebrar)
desempeña un papel importante el canto litúrgico.
Con razón afirma san Agustín:
« El hombre nuevo conoce el cántico nuevo.
El cantar es función de alegría y,
si lo consideramos atentamente,
función de amor ».
[Sermo 34, 1: PL 38, 210.]

El Pueblo de Dios reunido para la celebración canta las alabanzas de Dios.

La Iglesia, en su bimilenaria historia, ha compuesto y sigue componiendo música y cantos que son un patrimonio de fe y de amor que no se ha de perder.

Ciertamente, no podemos decir que en la liturgia sirva cualquier canto.

A este respecto, se ha de evitar la fácil improvisación o la introducción de géneros musicales no respetuosos del sentido de la liturgia.

Como elemento litúrgico, el canto debe estar en consonancia con la identidad propia de la celebración.

Finalmente, si bien se han de tener en cuenta las diversas tendencias y tradiciones tan loables, deseo, como han pedido los Padres sinodales, que se valore adecuadamente el canto gregoriano como canto propio de la liturgia romana (cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 116).

(Exhortación Sacramentum caritatis, 42)

1 comentario en “El canto litúrgico

  1. Es curioso que lo mas importante del canto litúrgico es el texto. Texto que se puede recitar sin melodía con mejor comprensión racional de su contenido.
    Pero… el valor emocional, la adhesión cordial a los contenidos del texto, la penetración poética textual creando comunidad, la consigue la música. Es decir la escala o modo musical con su influjo en las emociones-temperamento humano: alegría, recogimiento, nostalgia, melancolía, piedad, eufória, etc. Pero aun hay mas; el ritmo, el tempo(que es distinto), el timbre o color del canto e instrumentos de apoyo, la altura (grave o aguda, serena o enervante al oído), etc

    En resumen, no es tan sencillo.
    Dependiendo de su calidad (y no me refiero a l a calidad interpretativa) el canto puede unir a la asamblea o desincentivar a la oración comunitaria.

    La Exhortación Sacramentum caritatis, me parece que no aborda todo lo importante si se quiere que el canto sea una flecha de la oración al corazón, una adhesión vital
    y emocional de los contenidos, una revitalización de los miembros de la asamblea, un poner el pulso y la respiración de todos al unísono.

    Hay que cantar. Es terapéutico para el alma, hace»patria espiritual» y mucho mas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *