El papel del Espíritu en la Eucaristía

Señor, nos alegramos en tus alabanzas,
creyendo todas las obras portentosas
de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
y confesando su encarnación y la potencia de su divinidad;
al ofrecerte el sacrificio de alabanza,
suplicamos de tu clemencia,
oh Dios, inmensa Trinidad e infinita majestad,
que esta oblación, depositada sobre tu santo altar,
sea agradable en tu presencia
y aceptable como expiación de nuestros pecados;
dígnate bendecirla enviando tu santo Espíritu septiforme,
de manera que tú, oh Dios, te manifiestes en ella;
para que, si alguien toma parte en ella,
con tu bendición le concedas remedio en esta vida
y pueda obtener después la vida eterna.

R/. Amén.

(PP, dom VIII cot.)

3 comentarios en “El papel del Espíritu en la Eucaristía

  1. ¡¡Qué preciosidad de Post Pridie hispano!! Ejemplo de anáfora antioquena, con la epiclesis al final.

    Este formulario tiene una illatio larga pero muy bonita: Moisés con las manos extendidas, imagen de la cruz, Josué, David, Salomón, Ezequiel, Elías….

    En el post sanctus el «rito simplicísimo de la nueva sanación»…

    ¿Se podría publicar toda la anáfora?

    Precioso texto para la meditación y oración silenciosa.

    Gracias a aquel que selecciona los textos, por mantener alimento espiritual hispano.

  2. El resto de los textos para orar llegarán en los próximos días.
    Ya los tienes nuestra querida Ana que los sube a la página web.
    ¡Buen domingo!

  3. «Que esta oblación, depositada sobre tu santo altar…
    dígnate bendecirla enviando tu santo Espíritu septiforme…
    que con tu bendición concedas remedio en esta vida… »

    Hoy día festivo de cementerio san Justo (100 años de madre) y hermanas. Y a la caída del sol, con la melancolía, en casa obediente reestudiar las difíciles variantes antiguas del himno «Ave maris Stella» animado por un amigo.
    Y como hay cantigas que tienen relación con este himno he buscado la que narra los Siete dones del Espíritu Santo en relación con Santa María. Un bucle mozárabe hispano. Ahí la dejo… música y texto
    https://youtu.be/IZVeMBUjn78

    Cantiga de Santa María de Alfonso X el Sabio (galaico original y traducción al castellano)
    CSM – 418 Los Siete dones

    Os sete dões que dá
    Deus, a sa Madr’ os deu ja.

    E daquestes sete dões vos quer’ ora departir
    como os deu a sa Madre, por que quantos lo oyr
    foren punnen en servi-la e se guarden de falir,
    por que sa merçee ajam; ca b˜eeyt’ é quena á.

    O primeyro destes sete dões é para saber
    todo ben compridamente, por fazer a Deus prazer;
    aqueste Santa Maria ouv’en si, por que prender
    v˜eo Deus en ela carne, con que nos pois julgará.

    D’entendemento mui grande, este o segundo é;
    aqueste Santa Maria ouv’ en si, per bõa ffe,
    por que fez dela sa Madre Deus, e cabo dele ssé
    nos çeos, onde sa graça envia a nos acá.

    O terceyro de consello ést’, e con mui gran razon
    o ouve Santa Maria; porque quantas ora son
    molleres nen foron ante non ouveron b˜eeycion
    de Deus com’ aquesta ouve, nen outra non averá.

    O quarto é fortaleza; e aquesta ouv’ en ssi
    tan grande, per que o demo perdeu seu poder dali
    u Deus en ela pres carne e foi ome, ca des i
    foi britad’ e mal apreso, e ja mais non cobrará.

    O quinto don é çiente, que ouve grand’ e bon sen
    a Virgen Maria, que a fez responder ben
    quando ll’ o angeo disse que do que todo mantem
    seria Madr’, e diss’ ela: “Por serva me achará.”

    O sesto don piadade é que ouv’e á de pran
    a quantos nas grandes coitas a chaman e chamarán;
    e poren Santa Maria os peccadores la an
    ante Deus por avogada, e per sempr’ assi será.

    O septimo destes dões é aver Deus temor;
    aquest’ ouv a Groriosa, pero sempre con amor;
    e por aquesto foi ela Madre de Nostro Sennor
    Jhesu-Christo, Deus e ome, que por sempre regnará.

    Onde por aquestes sete does lle devemos dar
    loores e ar rogar-lle que nos faça perdõar
    a seu Fillo os pecados, e que nos guarde d’errar,
    de guisa que no seu regno vivamos con el alá.

    CSM – 418 Siete dones

    Los siete dones que Dios da,
    a su Madre los dio ya

    Y ahora os quiero hablar sobre los siete dones,
    de como se los dio a su Madre, para que cuantos lo puedan
    oír se esfuercen en servirla y se guarden de pecar,
    y para que obtenga su gracia; pues bendito es quien la obtiene.

    El primero de estos siete dones es para saber
    todo bien y cumplidamente, y así complacer a Dios;
    este lo tuvo en sí Santa María, por haber venido
    Dios a tomar carne en ella, con la que al final nos juzgará.

    El segundo es de muy alto entendimiento;
    este lo tuvo en sí Santa María, verdaderamente,
    por haberla hecho Dios Madre suya, y estar sentada junto a él
    en los cielos, desde donde nos envía su gracia.

    El tercero fue de consejo, que con mucha razón
    lo tuvo Santa María; porque cuantas mujeres son
    y serán no tuvieron la bendición divina como ella;
    ni otra existirá que la tenga.

    El cuarto es fortaleza; y esta la tuvo en sí tan grande,
    que por ella el demonio perdió su poder desde el momento
    en que Dios tomo carne en ella y se hizo hombre, pues desde entonces fue quebrantado y mal encadenado, y jamás se recuperará.

    El quinto es el don de ciencia, que la tuvo y muy buen sentido
    la Virgen Santa María, que la hizo responder bien
    cuando el ángel le dijo que sería madre de aquél
    que todo lo mantiene, y ella dijo: «Por sierva me tendrá».

    El sexto don de piedad es el que tuvo y lo da plenamente
    a cuantos en las grandes cuitas la invocan y la invocarán;
    y por tanto los pecadores tienen a Santa María por abogada
    antes Dios, y por siempre la tendrán.

    El séptimo de estos dones es tener temor de Dios;
    este lo tuvo la Gloriosa, pero siempre con amor;
    y por esto ella fue Madre de nuestro Señor
    Jesucristo, Dios y hombre, quien reinará por siempre.

    De donde por estos siete dones le debemos dar
    loor y aún más rogarle que nos haga perdonar
    de su Hijo los pecados, y que nos guarde de errar,
    de modo que allá, en su reino, vivamos con él.

Responder a C moz. Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *