Escuela de oración

«¿cómo puedo dejarme formar por el Espíritu Santo
y así llegar a ser capaz de entrar en la atmósfera de Dios,
de rezar con Dios?

¿Cuál es esta escuela en la que él me enseña a rezar,
viene en ayuda de mi fatiga de dirigirme a Dios de modo justo?

La primera escuela para la oración es la Palabra de Dios, la Sagrada Escritura.

La Sagrada Escritura es un diálogo permanente entre Dios y el hombre, un diálogo progresivo en el cual Dios se muestra cada vez más cercano, en el cual podemos conocer cada vez mejor su rostro, su voz, su ser.

Y el hombre aprende a aceptar conocer a Dios, a hablar con Dios.

Por lo tanto, en estas semanas, leyendo la Sagrada Escritura, hemos buscado, en la Escritura, en este diálogo permanente, aprender cómo podemos entrar en contacto con Dios.

Existe además otro precioso «espacio», otra preciosa «fuente» para crecer en la oración, una fuente de agua viva en estrechísima relación con la precedente.

Me refiero a la liturgia, que es un ámbito privilegiado donde Dios habla a cada uno de nosotros, aquí y ahora, y espera nuestra respuesta».

6 comentarios en “Escuela de oración

  1. Y la gran respuesta, de nuestra parte,
    sólo puede ser un GRACIAS enorme.
    ¿Quién como Dios,
    por medio de Su Santo Espiritu
    y el ejemplo de Su Hijo, Jesucriso,
    puede ofrecernos la Sabiduría,
    el Entendimiento, la Inteligencia,
    el Consejo, la Fortaleza, la Ciencia,
    la Piedad y el santo Temor de Dios,
    nos remueve y nos mueve,
    nos impulsa a contradecir
    nuestra natural inclinación al mal?
    Solo tenemos que dejarnos hacer…
    Pero, sobre todo,
    ser muy «pedigueños»,
    muy pesados,
    muy tercos en nuestro empeño:
    No nos dejes, Señor
    Escúcha nuestra súplica, Señor
    ¿Es que vas a ser sordo,
    ante nuestra indigencia?
    Somos mendigos de la Gracia,
    Tú lo sabes bien…
    ¿y vas a mirar para otro lado?
    Tan pobres somos, que,
    ni siquiera, sabemos pedir,
    lo que nos conviene.
    Ser dócil, mansa y humilde…
    que alejes de mí, la soberbia,
    es lo que te pido,
    porque Tú me lo has enseñado,
    a través del gran regalo de
    la Liturgia,
    y la poderosa intercesión
    de la Virgen y San José.
    De nuevo:
    GRACIAS.

  2. La liturgia es mucho mas que una escuela de oración. No lo digo porque sepa mucho, Dios me perdone, sino porque es escuela de vida, de experiencia, de realidades y ahí está la Palabra y los gestos humanos que hacen corporal y no solo mental todo su contenido y potencia.
    Pido disculpa de nuevo por utilizar las primeras palabras que me salen un sábado temprano, cuando no hay que ir al trabajo…aunque hay mil cosas que hacer.

    Añoro una «Escuela de oración» donde se pueda compartir ( y esto es lo que no hay tan fácil de encontrar) una reflexión, pero también una respuesta personal. Lo que a cada uno resuena, lo que cada uno subraya, lo que cada uno recibe, mas o menos torpemente expresado, Ese testimonio personal de cada miembro de la escuela que participa en el diálogo y la oración personal compartida, es importante para salir de «lo mío», aunque sea lo mío con el Señor.

    Todo esto sin quitar ni un minuto a la liturgia. En ella se completa y se relativiza lo que cada uno va descubriendo en la oración, porque el Misterio es insondable.

    Abrazo a los amigos de Mozarabia.

  3. Da TUA chaga SENHOR escorreu SANGUE e AGUA–NASCEU A IGREJA-.Dela nascemos pelo batismo e nos alimentamos do TEU VERBO e entramos em comunhão com TEU CORPO e SANGUE.Obrigado SENHOR pois só TU me fazes verdadeiramente feliz vivendo em PAZ e ALEGRIA.O TEU VERBO me enche a taça e me apraz e me faz arder o coração.

  4. Comparto al 100% tu anhelo pero también te sugiero que practiques/mos mucho el silencio. Es dónde Díos te interpela por cosas concretas y te dice.»dame de beber»
    Ese diálogo es personal e intrascendente.

  5. Liturgia, Sagrada Escritura – dos elementos claves para nuestra vida espiritual que se complementan. En ambos hay oración. En un caso de la liturgia, el pueblo toma parte en la obra de Dios y Cristo se hace presente. En la Sagrada Escitura nos habla Dios, nos revela su Verbo.

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