Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

 

En las oraciones hispanas
está muy presente
la concepción de Cristo
como Sacerdote y Víctima
(Sacerdos et Hostia):

 

Es justo y necesario,
es en verdad nuestro deber y salvación
darte siempre gracias por tu bondad,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Jesucristo, tu Hijo,
Rey sempiterno que reina contigo,
que, por nuestra salvación,
ha soportado tantas y tan grandes pruebas.
Fue sometido a juicio por los judíos
el que ha de juzgar a vivos y muertos.
Fue emplazado ante el tribunal de un magistrado
aquél cuya temible corte son los cielos inmensos.
Sufrió que su faz fuese mojada con salivazos
el que poco antes, con su saliva,
abrió los ojos al ciego de nacimiento.


Se dejó coronar de espinas,
quién ornó con coronas celestes a los mártires.
Aceptó que le ofreciesen a beber hiel y vinagre mezclados,
el que hizo brotar miel de la dura roca para saciar a su pueblo.
Dejó que la lanza penetrara en su costado,
aquél cuya espada venció a los infiernos.
Consintió que sus manos y sus pies
fuesen atravesados por clavos,
quién, con sus manos, hizo la bóveda del cielo.
Descendido de la cruz, quiso ser sepultado,
el que resucita a los muertos con su palabra.
Él mismo nos mandó ser ofrecido por nosotros,
para que ya no se derramara sobre el altar
la sangre de animales irracionales.
Él mismo se ha dignado ser Sacerdote y Víctima,
por quien todos los creyentes han de alcanzar la vida eterna.
Por esto, todos los ángeles y los santos
no cesan de alabarle, diciendo: Santo…

 
Oración pascual hisp-moz (inicio de anáfora eucar.)

 

***
Mañana: memoria de san Bonifacio, obpo.

En el icono se puede ver al santo de Fulda
talando el roble, símbolo del miedo,
y presentando a Cristo
que ha derramado su sangre
por amor a la humanidad.
En la parte izquierda,
se entreve a san Bonifacio con otro monje
plantando el abeto:
recuerdo de la fe trinitaria
y de la Pascua del Señor.

2 comentarios en “Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

  1. Es un día grande. Cristo Sacerdote y víctima. Nos hace pensar en tantos sacerdotes que nos han acompañado a lo largo de nuestras vidas, grandes hombres iluminados por el Espíritu Santo, cada uno diferente, todos contribuyendo con su vida a transmitir la fé.

    Precioso e original icono de San Fulda y San Bonifacio. Yo pensaba que San Bonifacio había tanto talado el roble como plantado luego el abeto.

  2. Jusucristo sumo y eterno sacerdote.

    Hola seglar bautizado, tu tambien eres sacerdote, que mira al supremo Sacerdote.
    «… una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz» (1 Pedro 2,9)

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