“Este es el anuncio pascual;
un anuncio de esperanza que tiene una segunda parte:
el envío.
«Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea» (Mt 28,10),
dice Jesús.
«Va por delante de vosotros a Galilea» (v. 7), dice el ángel.
El Señor nos precede, nos precede siempre.
Es hermoso saber que camina delante de nosotros, que visitó nuestra vida y nuestra muerte para precedernos en Galilea;
es decir, el lugar que para Él y para sus discípulos evocaba la vida cotidiana, la familia, el trabajo.
Jesús desea que llevemos la esperanza allí, a la vida de cada día.
Pero para los discípulos, Galilea era también el lugar de los recuerdos, sobre todo de la primera llamada.
Volver a Galilea es acordarnos de que hemos sido amados y llamados por Dios.
Cada uno de nosotros tiene su propia Galilea.
Necesitamos retomar el camino,
recordando que nacemos y renacemos de una llamada de amor gratuita,
allí, en mi Galilea.
Este es el punto de partida siempre,
sobre todo en las crisis y en los tiempos de prueba.
En la memoria de mi Galilea”.
Que buena idea recordar y retornar la propia Galilea. Allí hay paternidad, llamada, mediación que agradecer, comunidad primitiva y «llamada de amor gratuita».
A cantar….